viernes, 9 de noviembre de 2012
La ciudad europea que se llenó de bicicletas
Berlín, la capital alemana, atraviesa un auge ciclista
espectacular. Hay miles de nuevos carriles para la circulación de bicicletas y
cada dia se realizan más de medio millón de trayectos sobre dos ruedas pero,
curiosamente, apenas se ven cascos.
En la oficina de la BBC en Berlín se debate la posibilidad de comprar un
remolque para bicicletas para transportar los equipos de grabación.
Teniendo en cuenta que yo supongo la mitad de la oficina, lo que quiero decir
es que el productor y yo estamos discutiendo qué tipo de remolque comprar.
Podríamos obtener lo que se llama un eco-remolque por unos US$50 pero no
sería lo suficientemente grande, está pensado más que otra cosa para transportar
una caja con vegetales orgánicos, por ejemplo.
Un remolque más grande Big Cargo, capaz de transportar cargas de 100
kg según dice el fabricante, se puede obtener por US$180.
Creo que vamos a optar por el más grande. No será el más fácil de remolcar
detrás de nuestras bicicletas, particularmente sobre los adoquines de Berlín,
pero hará que los viajes a las entrevistas sean más veloces.
Berlín hace que trasladarse sobre dos ruedas sea un placer.
Circulé en bicicleta por Londres pero me rendí después de demasiados
disgustos con una furgoneta blanca. En Berlín, es una diversión. En primer
lugar, la ciudad es bastante plana; y en segundo lugar, hay infinitos carriles
para bicicletas.
En tercer lugar, todo el mundo tiene una bicicleta, así que los conductores
de auto probablemente son también ciclistas en sus otras vidas y mantienen sus
ojos bien abiertos.
La prueba para comprobar si el ciclismo se ha instalado de verdad en una
ciudad es observar quién lo practica. En Nueva York, son "guerreros urbanos",
generalmente hombres jóvenes, que cambian de carril de forma agresiva.
En Londres sucede algo parecido pero además, sospecho, hay fanáticos de lo
ecológico que reafirman su postura yendo en bicicleta.
En Berlín, es la gente. Mujeres mayores pedalean de forma majestuosa y
elegante. Hombres mayores pedalean tan lentamente que es un milagro que la
bicicleta no se caiga.
Madres jóvenes transportan a niños pequeños en remolques. Seguí a una de
ellas una fresca mañana de otoño.
La criatura no tendría mucho más de un año. Cada vez que todos parábamos ante
un semáforo en rojo, el pequeño se quejaba un poco. La madre se daba la vuelta
para consolarlo, y el bebé dejaba de lloriquear en cuanto la bicicleta arrancaba
suavemente de nuevo.
El auge de la bicicleta llegó después de una decisión del senado de la ciudad
en 2005 para fomentar su uso.
Así que Berlín tiene ahora cerca de 600 km de carriles-bici. Pobre del
turista que se desvíe de la acera para peatones y camine sobre el carril para
bicicletas.
La ciudad también está integrando las bicicletas dentro de todo el sistema de
transporte, puedes llevar una bicicleta en el tren o en el tranvía, aunque
necesitas un billete especial para la bici.
La compañía nacional de ferrocarriles, Deutsche Bahn, tiene un
sistema que se llama – en inglés, algo que enfurece a los puristas del idioma –
Call a Bike (Llama a una bicicleta). Hay un depósito de bicicletas
rojas fuera de la estación. Sobre la bicicleta, aparece un número de teléfono al
que se puede llamar, y la voz del otro lado ofrece un código para desbloquear la
bicicleta.
Cuando no se necesita más el vehículo, se encadena la bicicleta a un soporte
fijo y se llama al número de teléfono con un código y alguien la recoge. El
costo de la llamada es de 10 centavos de dólar el minuto.
Pero la mayor parte de nosotros tenemos nuestras propias bicicletas. No
llevamos casco. Es algo insensato, pero así nos comportamos. Siempre tengo la
intención de llevarlo, pero no lo hago. Me doy cuenta de que el cerebro es el
segundo órgano preferido de los hombres, pero aún así, dejo el casco atrás.
Hay un argumento que dice que si las ciudades insisten en que se deba llevar
casco para poder alquilar bicicletas, la gente simplemente no las usará. Y si la
gente no monta en bicicleta, estará menos en forma y habrá más muertes por
ataque al corazón.
Según este razonamiento, insistir en que se lleve casco aumenta la tasa total
de muertes.
La iniciativa Call a Bike funciona desde 2002 y está presente en 60
ciudades alemanas.
No he montado en bicicleta en Melbourne, por ejemplo, a pesar de que es una
ciudad australiana que conozco bien. Tiene un programa de alquiler de
bicicletas, pero las autoridades insisten en el uso del casco, con el resultado
de que pocas personas circulan en bicicleta o en lo que llaman sus "pedales
mortales".
Lo que realmente se necesita para que la gente monte en bicicleta es un
ambiente general de seguridad y tolerancia hacia los ciclistas.
Y en Berlín, las autoridades son benévolas. Es verdad, hay regulaciones
contra la circulación de bicicletas sobre la acera, pero a mí sólo me han
llamado la atención una vez, y fue un ciudadano común y corriente, no un agente
de policía.
Normalmente sólo se imponen multas si alguien resulta herido.
Con una admirable precisión alemana, las normas dicen que saltarse un
semáforo que ha estado en rojo por más de un segundo conlleva una multa, pero
dígale eso a esos irritantes "guerreros urbanos" que van a toda velocidad.
Yo nunca me salto un semáforo en rojo, sería algo estúpido. Lo mismo que no
llevar casco.
Fuente: BBC MUNDO
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