Trastorno de déficit de contacto con la naturaleza

A lo largo de los tiempos, los niños han aprendido "haciendo" en su ambiente natural. Siendo así, si los niños pierden contacto con su ambiente natural debería sufrir su salud y educación. Esa pérdida puede deberse al tráfico en las calles, la atracción de los videojuegos, la ansiedad de los padres respecto a la seguridad de sus hijos, etc. Las autoridades británicas alarmadas con el tema crearon el concepto de "Trastorno de Déficit de Contacto con la Naturaleza", término acuñado Richard Louv (2005), refraseando el ya conocido "Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad" (TDAH).

 

 

 

Alude a la alienación de la naturaleza con pérdida de sensibilidades, mayores enfermedades físicas como la obesidad, más accidentes autoinfringidos y daños emocionales. Esto modifica la manera como los niños observan el mundo, limitando la imaginación, el trabajo y aprendizaje en grupos.

 

Las estadísticas muestran que las áreas en las que los niños pueden jugar sin supervisión se han reducido en 90% desde 1970, por exceso de celo de los padres, lo cual no guarda relación con el hecho que la mayoría de las molestias sexuales ocurren en los hogares y que más peligrosos que los parques abiertos son las calles por el tránsito. Un reporte de Natural England encontró en el 2009 que solo 10% de los niños jugaban en los bosques, comparado con 40% de la generación de sus padres (Nature déficit disorder 'damaging Britain's children', Richard Black, Environment correspondent, BBC News 30/03/2012)

Los niños de la generación anterior tenían la oportunidad de trepar árboles y ensuciarse las rodillas. Eso se acabó con la creciente urbanización y electrificación de instalaciones físicas en un mundo con aversión a los riesgos.

 

La experiencia enseña que los niños que están en contacto con la naturaleza se comportan mejor, exploran más, asumen más riesgos y se divierten más con objetos reales. Aún así, los padres británicos prefieren llenar a sus hijos con artículos tecnológicos. Para contrarrestarlo se les recomienda acudir más a espacios verdes y abiertos, promover actividades escolares en los bosques y en general experimentar más con fenómenos naturales (aplicable también al Perú).

 

 

Fuente: DiarioPeru