sábado, 12 de enero de 2013
La base de datos de insectos que esclarecen crímenes
Hace cientos de años que los científicos saben que los
animales, principalmente los insectos, pueden servir para investigar una muerte.
Pero recién hace tres décadas que la entomología forense es utilizada para
resolver crímenes.
Cualquier fanático de series de televisión como "CSI: escena del crimen" sabe
en qué consiste esta ciencia: estudiar a los insectos que aparecen cuando hay un
cadáver para determinar la fecha del deceso y a veces incluso el lugar y la
causa de muerte.
En Argentina, se trata de algo bastante novedoso. Recién a mediados de los
años ’90 se utilizó por primera vez para investigar un famoso caso: la muerte
del recluta Omar Carrasco, cuyo asesinato en 1994 puso fin al servicio militar
obligatorio.
Para que los entomólogos forenses puedan asistir a la Justicia, primero deben
tener un registro de todos los insectos que hay en la zona donde ocurrió la
muerte, y que podrían estar presentes en los restos.
Cada región, incluso dentro de un mismo país, tiene su propia fauna pero
además –y acá está la clave de la entomología forense- tiene su propio clima, un
factor que determinará el ciclo de desarrollo de los insectos, el elemento más
importante que usan los expertos para datar un deceso.
La bióloga Ana Paula Armani trabaja desde 2010 en el Centro Nacional
Patagónico (Cenpat), en la sureña provincia de Chubut, compilando una base de
datos de los insectos y artrópodos que podrían asistir a la Justicia en el
esclarecimiento de muertes dudosas.
Se trata del primer registro de la Patagonia, y, según la experta, cuando
esté finalizado contendrá detalles de unas cien especies.
Armani dijo a BBC Mundo que los insectos más utilizados por los entomólogos
forenses para realizar su trabajo son las moscas (o dípteros) y los escarabajos
(o coleópteros).
“Por ahora no hallé especies que sean exclusivas de la Patagonia, los mismos
insectos aparecen en todo el territorio argentino, pero en cada lado su ciclo de
desarrollo es distinto dependiendo del clima", explicó la investigadora, quien
está financiada por la provincia de Chubut y el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Una familia de moscas llamada callifóridos es la primera que suele aparecer
ante la presencia de un cadáver, y es la especie más comúnmente estudiada por
los entomólogos.
Se trata de un moscardón que muchos seguramente reconocerían por su color
verde metálico.
Este bicho es necrófago, se alimenta de materia orgánica muerta, y los
adultos ponen sus huevos en los orificios naturales del cuerpo (en especial la
nariz y los ojos).
Los entomólogos forenses estudian los huevos, las larvas, las pupas y los
especímenes adultos para determinar desde cuándo yace en ese lugar el
cuerpo.
Según Armani, pueden determinar la fecha de un deceso con una precisión de
cinco días de más o de menos.
Cuando un cadáver se encuentra en un estado más avanzado de descomposición el
insecto que suele aparecer es un tipo de escarabajo de la familia de los
derméstidos.
Armani explicó que el cuerpo humano tiene cinco etapas de desintegración, y
que en cada una de ellas aparecen distintos insectos.
Pero los estadios en los que hay mayor presencia de bichos son en la etapa de
descomposición activa (cuando se van rompiendo los tejidos y el cuerpo comienza
a deshincharse) y de descomposición avanzada.
Lo último que queda son los restos de hueso, piel y pelo, y allí el trabajo
de los entomólogos es más limitado.
En total, un cadáver suele tardar entre tres y cuatro meses para
descomponerse completamente en los meses de primavera o verano, y nueve a diez
meses en invierno (a menos que esté congelado, lo que retrasa el proceso).
El trabajo actual de Armani consiste en observar a cada una de las especies
que participan en este proceso y registrar su ciclo de desarrollo, para que los
investigadores en el futuro puedan usar esa información y consultar su base de
datos cuando quieren esclarecer la fecha de una muerte.
Para conocer cómo actúan los insectos en un cuerpo muerto la experta utiliza
cerdos.
Con esta información, los entomólogos no sólo podrán datar la muerte sino
también determinar si un cadáver fue movido de lugar o si estuvo encerrado bajo
techo antes de ser depositado al aire libre.
Armani dijo a BBC Mundo que por ahora la Justicia argentina no recurre mucho
a los entomólogos forenses porque se trata de una especialidad nueva que tiene
pocos expertos.
Sin embargo, esta ciencia ya ha dejado su huella en varios casos emblemáticos
del país, como el de Carrasco.
Más recientemente, en 2011, una entomóloga forense del Cuerpo de
Investigaciones Fiscales de Salta logró esclarecer un dato clave en uno de los
crímenes que más conmocionó a esa provincia norteña: la muerte de dos turistas
francesas cuyo asesinato fue noticia internacional.
Fuente: BBC MUNDO
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