Este 14 de febrero en muchas partes de América Latina se
celebró el Día de los Enamorados. Edith y Víctor no quisieron ser la excepción,
y decidieron casarse.
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Edith Casas y Víctor Cingolani. Foto: gentileza familia
Cingolani.
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Sólo que su boda tiene una característica que la hace singular, de una forma
que hasta puede rayar en el morbo. Y no es porque Víctor está preso, es porque
Víctor fue sentenciado a 13 años de prisión por el asesinato de la hermana
gemela de Edith, Joanna, en 2010.
Pocos casos similares resuenan en la historia en la región.
Algunos en la literatura, como en la obra de Ricardo III, de William
Shakespeare, el rey inglés vence en batalla a Edward de Westminster, quien muere
en la lucha, y luego se casa con su esposa Anne.
"En Argentina no recuerdo un caso así. Una mujer que se casa con el asesino
de su hermana el Día de los Enamorados. Parece una película de Tarantino",
señaló a BBC Mundo Rodolfo Palacios, escritor de libros de criminalística y
quien investigó este caso en un reportaje para la revista Orsai.
"Lo que se pregunta la madre de Edith, (Marcelina Orellana) es si su hija
enloqueció o si lo hace para vengar la muerte de su hermana", comentó Palacios,
quien entrevistó directamente a todos los involucrados.
Pueblo chico...
"Voy a casarme con el hombre que amo y no con
quien asesinó a mi hermana"
Edith Casas
Todo ocurrió en Pico Truncado, un pueblo de 20.000 habitantes en el sur de
Argentina, que parece el escenario de la película Dovgville, del director danés
Lars Von Trier, que ejemplifica el dicho "pueblo chico, infierno grande".
"En este caso, el pueblo parece un lugar sacado de las historias de Truman
Capote o William Faulkner", dice Palacios.
"A mí me hubiese gustado que mi boda fuera en paz. Yo no quiero quilombo
(líos). Entiendo la situación que vive su familia. Pero ellos tienen que
entenderme que lo que hago, lo hago por amor", señaló Víctor Cingolani a la
publicación Cosecha Roja.
Cingolani fue hallado culpable del asesinato de Joanna Casas en 2010, de dos
balazos en el pecho.
Edith, la hermana gemela de Joanna, testificó en contra de Cingolani en el
juicio e incluso llevó puesta una camiseta con un mensaje pidiendo "justicia"
por la muerte de su hermana.
Pero lo que se conoció después es que Cingolani mantuvo una relación
afectuosa tanto con Joanna, como con Edith.
"Edith, se enamoró del novio de su hermana. Y el expediente dice que salía
con las dos al mismo tiempo", dice Palacios.
"Pero Víctor me dijo que se turnaba y salía con cada una. Ellas eran
idénticas en todo, en la forma de ser, caminar o reír", agregó el escritor.
"Voy a casarme con el hombre que amo y no con quien asesinó a mi hermana",
aclaró a medios locales Edith.
Pero antes fue Johanna Casas y Víctor Cingolani. Foto:
gentileza familia Cingolani.
Y esta declaración es clave en este inusual caso. Edith afirma que Cingolani
no mató a su hermana.
Hubo dos pruebas claves en la condena a Cingolani: la primera es los residuos
de arma de fuego que se encontraron en una prueba de parafina en sus manos; la
segunda es que sabuesos de la policía rastrearon su presencia al lugar del
homicidio.
Otro novio de Johanna, Marcos Díaz, de 37 años, también fue encarcelado y
sentenciado por su muerte. Y a él le endilga todas las responsabilidades
Edith.
Psicología
La boda estaba prevista para diciembre, pero la justicia argentina la
frenó.
La jueza del caso decidió que Edith primero tendría que someterse a pericias
psicológicas que no revelasen algún trastorno. Las pruebas se hicieron, Edith
las pasó, y tuvo luz verde para su boda.
"Lo que dijeron los peritos psicológicos es que Cingolani busca a Joanna en
Edith, como si no hubiese matado a Joanna", explica Palacios.
"Además dicen que las gemelas tenían, como lo definen los psicólogos, un
triángulo edípico", agregó.
"Lo que dijeron los peritos psicológicos es
que Cingolani busca a Joanna en Edith, como si no hubiese matado a Joanna"
Rodolfo Palacios, escritor
Este jueves la boda se efectuó. No fue precisamente un ambiente festivo.
Al registro donde se firmó la unión, asistió un grupo de personas que recibió
al novio al grito de "¡Asesino!", y les lanzaron piedras y huevos.
La ceremonia y recepción también tenía tiempo limitado. El novio, convertido
en esposo, debía regresar a prisión antes de las 20:00, hora local.
Este inusual caso no sólo sacudió al pequeño pueblo de Pico Truncado, en
Argentina hubo expresiones de sorpresa por la extraña unión.
Para la familia de Casas, sin embargo, hubo más bien manifestaciones de
tristeza.
"Para mí murieron las dos. Johana está con Dios y Edith con el diablo",
sentenció el padre de las hermanas, Valentín Casas.
Cingolani fue condenado en primera instancia por homicidio a 13 años de
cárcel. Aún tiene dos etapas más que puede tramitar antes de que su sentencia
sea definitiva.
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