Operan en células y atacan ciudades con bombas. Pero estos
"guerrilleros" argentinos poco tienen en común con sus violentos antepasados de
los años 70. Por el contrario, son un grupo de pacíficos artistas cuyo fin es
promover la ecología y la cultura libre.
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Los Articultores "atacan" los espacios abandonados |
Los Articultores -como se autodenominan- se reúnen en galerías clandestinas y
fabrican "bombas de semillas": pequeñas bolas de tierra, arcilla, y semillas de
hortalizas, que luego arrojan en terrenos y espacios verdes abandonados.
La idea nació en 2009 de la mano de Judith Villamayor, una artista argentina
con un interés por la horticultura, que venía trabajando en esculturas sembradas
y figuras hechas a base de semillas, cereales y diversos alimentos.
"Me crié en la provincia de Santa Fe y mis padres tenían una huerta, crecí
con eso", explicó la artista a BBC Mundo desde Madrid, donde se encuentra
desarrollando talleres y difundiendo la tarea de Articultores.
Fue una visita a la península ibérica y un encuentro con artistas españoles
lo que la inspiró, hace cuatro años, a lanzar este movimiento, que combina tres
intereses: el arte, las huertas y las personas.
Villamayor conocía el trabajo de los Green Guerrillas (Guerrillas
Verdes), los activistas ecológicos en Estados Unidos que, de la mano de la
artista Liz Christy, transformaron lotes abandonados en jardines públicos en la
ciudad de Nueva York, en los años 70.
También siguió el más reciente movimiento Guerrilla Gardening
(Guerrilleros de Jardinería) en Londres. Su creador, el inglés Richard Reynolds,
se propuso embellecer espacios abandonados.
Pero la artista quiso ir más allá. "Se me ocurrió que en un país con el suelo
fértil que tiene Argentina no es posible que haya gente muriéndose de hambre y
entonces me pregunté por qué no se podían embellecer los espacios abandonados,
pero con comida", recuerda.
Pensando en verde
Las bolas de arcilla y tierra protegen a las semillas de los
pájaros y no requieren arar la tierra.
Con esta idea en mente, Villamayor se dedicó a difundir y poner en práctica
sus conocimientos sobre la permacultura, un sistema de agricultura que no
requiere arar la tierra.
La clave de la labor de los Articultores son las "bombas de semillas", un
invento creado por el biólogo y agricultor japonés Masanobu Fukuoka, fallecido
en 2008.
Estas bolas de arcilla y tierra (conocidas en japonés como nendo
dango) contienen las semillas de hortalizas que, con solo ayuda de la
lluvia, empiezan a brotar.
"Lo bueno de las bombas de semillas es que las podemos tirar en algunos
terrenos baldíos, donde no se puede acceder de otra forma", contó Florencia, una
artista que se hizo articultora.
El movimiento elige "atacar" espacios tanto públicos como privados con sus
bolas de cultivos, aunque Villamayor aclara que no se busca la confrontación ni
tampoco la denuncia de espacios en desuso.
"No se hace nada ilegal", afirma. De hecho, si bien se trata de una
organización apolítica, distintos organismos estatales apoyan la actividad
donando insumos o lugares de trabajo.
Los Articultores también se aseguran de llevar a cabo su tarea de día para
que los vecinos de la zona se informen sobre su actividad y, si así lo desean,
sigan cuidando y cosechando el espacio sembrado.
Guerrilla Huerta
Las "bombas de semillas" solo necesitan agua para
germinar.
María Emilia, otra artista que se sumó al movimiento en 2011, dijo a BBC
Mundo que la idea del grupo es "que la ciudad se convierta en una gran
huerta".
Con este fin, a través del sitio articultores.net y una página en la red
social Facebook, se convoca a voluntarios a formar parte de Guerrilla Huerta, el
espacio donde se aprende a hacer y se confeccionan las bombas de semillas.
Según María Emilia, cualquiera puede ser un articultor, no hace falta tener
conocimientos de jardinería.
Por su parte, Villamayor cuenta que las reuniones para fabricar las bolas de
barro y semillas son el corazón del movimiento.
"Es casi un ritual. Sentarse en el piso en ronda para trabajar la tierra y
hablar", relata.
Una vez creadas las "municiones", los voluntarios deben esperar dos días para
que estas se sequen antes de ser arrojadas.
La fase final es el "ataque", cuyo lugar es elegido por consenso y marcado
debidamente en un mapa publicado en el sitio.
Crear las "bombas de semillas" es como un ritual, afirma la
fundadora de Articultores.
"La idea es que después el que quiera puede ir a ver si germinaron las
semillas", explica la fundadora.
En el sitio también hay fotos de los diversos y originales lugares donde los
Articultores dejaron sus huellas: desde canteros y veredas hasta terrenos
cercados.
Todos los sábados, el grupo da cuenta de sus últimas novedades a través de un
programa radial, "Activate", que es transmitido por FM La Boca.
Así, de a poco, estos guerrilleros ecológicos pretenden ir cambiándole la
cara no sólo a Buenos Aires, sino también a las otras ciudades donde tienen
presencia, como Córdoba, Rosario, Comodoro Rivadavia y La Plata. Y Madrid, donde
también plantaron su semilla.
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