sábado, 13 de abril de 2013
¿Por qué nos parece bello el cielo al atardecer?
Apreciar la belleza de un atardecer es una ventaja evolutiva?
Hay algo de verdad detrás de la frase "cielo rojo en la noche, placer de los
pastores", porque los atardeceres rojizos están asociados a sistemas de alta
presión que no remueven todo el polvo de la baja atmósfera, y la alta presión
suele significar buen tiempo.
Pero sería mucho decir que nuestra capacidad de apreciar un atardecer
responde a un mecanismo genético para pronosticar las condiciones
meteorológicas.
Más bien hemos desarrollado un sentido estético como parte de las más amplias
facultades analíticas de nuestra mente.
Pero lejos de ser superficial, la "belleza" es una forma de medir la
fundamental "idoneidad" de algo.
En las personas, por ejemplo, los atributos que nos parecen bellos
generalmente están relacionados con la salud física o la capacidad
reproductiva.
En lugar de valorar de forma independiente todos estos atributos diferentes,
se unen en una sola medida: belleza.
El filósofo Dennis Dutton ha sugerido que las planicies ondulantes con
algunos árboles aquí y allá, que tan a menudo se representan en las pinturas de
paisajes, nos parecen hermosas porque nos recuerdan las sabanas de la época del
Pleistoceno, cuando el Homo erectus comenzaba a desarrollar un sentido
de la estética.
Los cielos rojizos del atardecer pueden haber sido muy habituales en aquellos
paisajes y en una era en la que la noche era el momento más peligroso.
Probablemente, apreciar el último suspiro del día después de haber regresado
a un cobijo seguro sería especialmente importante para aquellos hombres.
Los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI) experimentan un
atardecer o un amanecer cada 45 minutos.
Los nuevos miembros llegan aclimatados al horario de Kazajistán, al haber
despegado desde el Cosmódromo de Baikonur.
Con tantas posiblidades de confusión cronológica, no hay dudas de que la EEI
necesita asegurarse un horario consistente.
La zona elegida es el Tiempo Universal Coordinado (UTC, por sus siglas en
inglés), que es equivalente al Tiempo Medio de Greenwich, más conocido como GMT,
por sus siglas en inglés.
La terapia de exposición es probablemente la más exitosa. La aracnofobia
afecta a alrededor de la mitad de las mujeres y a uno de cada diez hombres.
Puede incluso ser una respuesta instintiva que evolucionó entre nuestros
ancestros para evitar las especies peligrosas. Los aracnofóbicos suelen pensar
en arañas y evitar las situaciones en las que estos animales puedan acechar,
incluso cuando sólo se trate de una fotografía o un video.
Pero esta estrategia sólo aumenta su temor.
Un tratamiento efectivo comienza con informarse sobre el comportamiento de
las arañas, lo frágiles que son, y con datos sobre las que de verdad pueden
hacernos daño, que son muy pocas, y sobre la mayoría que es inofensiva.
Los entrenamientos de relajación ayudan a los pacientes a tranquilizarse
antes de ser expuestos gradualmente a imágenes de arañas cada vez más
realistas.
Se puede comenzar con páginas de internet y fotos de arañas desde lejos, y
continuar progresivamente con imágenes más cercanas.
También se puede utilizar la realidad virtual, antes de que el aracnofóbico
entre en contacto con una araña real.
La persona afectada puede acabar manipulando enormes tarántulas y olvidando
por completo su temor.
Sí. Por definición, la fermentación es el proceso que transforma azúcar en
alcohol a través de la acción metabólica de la levadura, o a veces de
bacterias.
Sin embargo, el alcohol puede separarse después de la fermentación.
El alcohol hierve a 78,3º C, en lugar de los 100º C en que lo hace el agua,
por lo tanto se puede evaporar calentando la bebida, es decir, destilándola.
Así, en vez de condensar el alcohol evaporado, se puede utilizar lo demás.
Sin embargo, para producir cerveza y vino sin alcohol generalmente se utiliza
la evaporación al vacío, en vez de calentar la bebida, para evitar que ésta se
cueza y se altere su sabor.
Fuente: BBC MUNDO
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