sábado, 22 de junio de 2013
Cinco cosas que cambiarán con el fin de la patente de Viagra
Se termina una era de dominio para Pfizer. La píldora azul que
los lanzó al estrellato deja de ser exclusividad de esta farmacéutica. El
Sildenafil –nombre genérico del Viagra- pasa a ser de dominio público.
¿La razón? A partir de este viernes, Pfizer pierde la patente de la pastilla
que revolucionó al mundo a finales de los 90. Sólo le quedará Estados Unidos
como bastión, donde disfrutará de su poderío hasta el 2020.
Para muchos expertos, la aparición del Viagra ha sido tan importante para el
hombre como lo fue la píldora anticonceptiva para la emancipación de la
mujer.
Hombres mayores de 60 años han vivido una "segunda juventud sexual". Mientras
que jóvenes la han probado a fin de potenciar sus habilidades.
Ahora que se acaba la patente de Viagra y entra en la ecuación de la venta de
genéricos de esta poderosa pastilla azul, ¿se abrirá un nuevo capítulo en la
sexualidad moderna?
Un estudio realizado años después de la salida al mercado de Viagra por
especialistas del departamento de Urología de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Boston, en Estados Unidos, estimó que para el 2025 habrá unos 322
millones de hombres con disfunción eréctil.
"El mayor crecimiento proyectado será en el mundo en desarrollo: Africa, Asia
y Latinoamérica", dice el ensayo publicado entonces en el Journal of the British
Association of Urological Surgeons.
Esto se traduce en muchos récipes médicos. "Y la competencia será económica",
le dice a BBC Mundo María Fernanda Peraza, uróloga venezolana experta en la
salud sexual masculina y femenina.
"Uno prescribe el medicamento que sabe que le va a funcionar mejor al
paciente", continúa. "Pero a partir de ahora, el paciente va a preferir comprar
el más económico".
La doctora Peraza considera que los pacientes que ya utilizan medicamentos
inhibidores –Viagra y su competencia, Cialis y Levitra-, por lo general, se
mantendrán fieles al producto que ya conocen.
"Al que sólo le funciona uno de los fármacos se quedará con ese, pero quien
responde con los dos, preferirá ahorrar dinero y comprar el genérico",
agrega.
"Mira, hasta el diseño es igual, un rombo azul con las puntas redondeadas",
le dice a BBC Mundo un vendedor de genéricos en España que prefiere no dar su
nombre.
"Un genérico es lo mismo que la marca, Viagra es Sildenafil y es así como lo
vamos a sacar", señala.
María Fernanda Peraza prefiere no poner las manos en el fuego.
"Todavía no podemos estar seguros de su efectividad", aclara. "Eso es muy
subjetivo. Es de aquí a un año que se podrá empezar a valorar por la experiencia
clínica".
Sin embargo, estudios respaldan las posición del vendedor. La literatura
científica indica que un genérico es lo mismo que la marca.
¿La diferencia? Muchisimo más económico. Mientras que el Viagra de Pfizer
cuesta alrededor de US$10 la pastilla, el genérico podrá salir a la venta por un
precio tan barato como US$1 la unidad.
"Se producirá una masificación del producto. Estás facilitando acceso tanto a
una población con demanda, porque tiene disfunción eréctil, como a probadores
novatos y más jóvenes", dice la doctora Peraza.
"Esperamos que haya más venta porque habrá más capacidad para comprarlo", le
explica a BBC Mundo la farmaceuta Mireia Romans, con un negocio en Barcelona,
España.
Romans cuenta que ya muchos jóvenes adquieren la pastilla, sólo que a un alto
precio.
"Nos ha pasado que como regalo de 18 años compran Viagra 'para que pases una
buena noche'", cuenta.
A Romans las empresas de genéricos ya le han ofrecido Sildenafil. Sin
embargo, por lo pronto su prioridad es salir del stock que tiene de
Viagra antes de que se abaraten los costos.
La presión no viene de los nuevos productos genéricos sino de la misma
Pfizer, que lanzará su propia versión de precio reducido a fin de retener una
cuota de su mercado.
Lo que está en juego es mucho, pues en 2011 Viagra fue el sexto medicamento
más vendido de esta empresa estadounidense, con ingresos de más de US$2.000
millones en todo el mundo.
Pfizer ya sabe lo que es perder una patente. Cuando hace dos años perdió los
derechos de Lipitor, un fármaco para el colesterol, también dejó de percibir
casi la mitad. Las ventas cayeron de US$9.600 millones a US$3.600 millones.
Tanto el Viagra como su competencia, Cialis y Levitra, se venden en la
mayoría de los países con receta médica en la farmacia.
Aunque en internet la oferta es feroz. Tanto, que hace poco Pfizer decidió
vender su producto en la red para contrarrestar el mercado negro.
Con la salida de genéricos, se espera que el mercado negro de la pastilla
azul se vea seriamente afectado.
Con la salida de Viagra en 1998, el mundo experimentó –o para ser más
específica, la población masculina de la tercera edad- una especia de destape
sexual.
La medicina sexual vivió un despertar. Viagra fue el primer medicamento que
se publicitó directamente al consumidor.
Para Meika Loe, socióloga y antropóloga de la Universidad Colgate, del estado
de Nueva York, en EE.UU. y autora del libro "The rise of Viagra", este boom
sexual se debe a que "vivimos en una época cultural en que se enfatiza el
sagrado triunvirato de juventud, vitalidad y rendimiento".
"Pfizer ha ayudado a reforzar estas idead tradicionales, y no tan
tradicionales, con Viagra", le dijo al sitio en internet About.com. "Ha sido
fascinante ver lo exitoso que ha sido aquí (EE.UU.) como en todo el mundo ese
mensaje de juventud, vitalidad y rendimiento".
No obstante, Loe considera que esa explosión sexual fue a un nivel interno.
Más allá de las personalidade que, como parte del mercado del producto, han
reconocido tomar la pastilla –Pelé, Michael Douglas y Jack Nicholson, entre
ellos- en el mundo real son más los casos de gente que conoce a "un amigo" que
la ha probado que el número de quienes están dispuestos a hablar abiertamente de
que la usan.
"Me hubiera gustado ver una explosión de gente comunicándose sobre la
sexualidad", apuntó la especialista. "Pero en nuestra cultura de 'una pastilla
para todo', tendemos dejar que una píldora haga todo el trabajo".
Quizás una masificación del producto produzca un diálogo más abierto sobre
las disfunción eréctil y las implicaciones en la relación de pareja.
Tras revisar una buena cantidad de artículos sobre cómo Viagra ha cambiado la
vida de la mujer, sólo se puede llegar a una conclusión ambivalente.
Hay mujeres que agradecen tanto como sus parejas la aparición de esta píldora
azul, mientras que otras se quejan de una profundización de los problemas de
pareja.
Y es que la sexualidad de la mujer es muy distinta a la del hombre. En el
caso de las chicas la líbido juega un papel esencial, mientras que en los
hombres buena parte es cuestión de dureza.
"Viagra no es para el deseo sexual", aclara la doctora Peraza. "Están
indicados solamente para la disfunción eréctil y con la mujer –en el área
sexual- no hay ninguna medicación específica".
La especialista considera que parte de la situación (o problema, según se
mire) radica en que vivimos en una sociedad "penelizada".
"Es una cuestión social y cultural. Al varón desde pequeño se le aplaude el
pene, y cuando tienen disfunción eréctil se les cae la vida, porque todo gira en
función de penetrar".
"Entonces -continúa Peraza-, tener una erección les devuelve la masculinidad,
aumenta la seguridad y la autoestima".
El problema es que ese "rejuvenecer" ocurre en una etapa en que la mujer
puede estar pasando por la menopausia y se puede perder aún más la sincronía en
la relación de pareja.
Con la entrada de genéricos, será más importante que nunca incluir a la mujer
en la ecuación.
Fuente: BBC MUNDO
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