Según una encuesta reciente de la Comisión Europea, la mayoría de los europeos estarían dispuestos a cambiar sus hábitos de consumo y hasta pagar más por productos ecológicos, pero muchos consideran que les falta información y desconfían de los reclamos ecológicos de los fabricantes. La encuesta revela un firme respaldo a la obligación de que las empresas publiquen informes sobre su comportamiento ambiental global y sobre el de sus productos.
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La encuesta sobre las actitudes de los europeos en relación a los productos ecológicos se presenta luego de la comunicación de la Comisión sobre la creación del mercado único de los productos ecológicos y una guía común para el cálculo de la Huella Ecológica de las Organizaciones.Todas estas iniciativas tienen como fin contribuir al desarrollo de información ambiental comparable y fiable, que genere confianza entre los consumidores, las empresas, los inversores y otras partes interesadas.
La reciente encuesta, realizada en veintiocho Estados miembros de la Unión Europea, muestra que más del 75 % de los encuestados están dispuestos a pagar más por productos respetuosos con el medio ambiente si confían en que verdaderamente lo son (77 %). Sin embargo, apenas la mitad de los ciudadanos de la Unión (55 %) se consideran informados sobre el impacto ambiental de los productos que compran y utilizan.
Janez Potočnik, comisario de Medio Ambiente, ha señalado: «Por supuesto que todos queremos ver más productos ecológicos en los estantes, pero esta encuesta revela que la mayoría de los consumidores se sienten confundidos ante los reclamos ecológicos y no confían en ellos. Esto no es bueno para los consumidores, ni recompensa a las empresas que realmente están haciendo un esfuerzo. Estamos trabajando con las empresas y otras partes interesadas para desarrollar la información creíble que los consumidores buscan cuando compran sus productos, lo que ayudará al crecimiento de los mercados y a la creación de oportunidades para la innovación y la inversión en la economía verde.»
La encuesta también muestra que la gran mayoría de los ciudadanos de la UE cree que comprar productos ecológicos puede incidir de forma decisiva en el medio ambiente (89 %) y que esos productos son tan efectivos como los demás (74 %). Los ciudadanos que más confían en que los productos etiquetados como ecológicos son menos dañinos para el medio ambiente son los portugueses (84 %), los malteses (82 %), los franceses (81 %) y los belgas (81 %). En cambio, los niveles de confianza son mucho más bajos en Alemania (44 %), Rumanía (46 %) y los Países Bajos (47 %).
Poco más de la mitad de los ciudadanos de la UE suele confiar en las alegaciones de los productores sobre el comportamiento ambiental de sus productos (52 %), pero la mayoría desconfía de los informes de las empresas sobre su propio comportamiento ambiental (54 %), revelan los resultados.
Los ciudadanos de la Unión con más propensión a considerar que las declaraciones en este sentido son exageradas o engañosas son los rumanos (40 %), los búlgaros (40 %), los griegos (39 %) y los letones (37 %). Esta creencia está menos extendida en Malta (17 %) y Estonia (20 %). Con todo, la encuesta revela un firme respaldo a la obligación de que las empresas publiquen informes sobre su comportamiento ambiental global y sobre el de sus productos (69 %).
Por otro lado, un tercio de los ciudadanos de la Unión (66 %) estaría dispuesto a pagar más por un producto si su garantía de fiabilidad se ampliara a cinco años. Más de nueve de cada diez encuestados consideran, además, que debería indicarse la vida útil prevista del producto (92 %). Casi la mitad de los participantes en la encuesta ha decidido no mandar reparar un producto defectuoso en los últimos doce meses al ser los costes de reparación demasiado elevados (47 %).
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