"Queríamos autos voladores, en cambio nos dieron 140
caracteres".
Eso dijo el empresario e inversor de capital riesgo de Silicon Valley Peter
Thiel, lamentando el alcance de algunos de los productos tecnológicos más
familiares.
Thiel cofundó Facebook y el servicio de pagos por internet PayPal, así que
conoce bien a las estrellas del mundo tecnológico y cree que las mejores mentes
están demasiado ocupadas haciendo productos de baja escala con poco impacto en
la vida de hoy y del futuro.
El "colapso de la ciencia ficción" desde los años '50 y '60 fue el gran
causante de todo esto, le dijo a la BBC en 2010.
"Solía haber mucha literatura sobre el futuro y sobre cómo sería el mundo: la
historia futura. Eso se ha disipado", señaló.
Ahora, la corriente predominante en ciencia ficción muestra tecnología que se
envileció.
Pero, ¿necesitan los científicos y tecnólogos de la ciencia ficción para
inspirarse y hacer nuevos productos?
Pensar en grande
Las "Veinte mil leguas de viaje submarino" inspiraron al
inventor de los sumergibles.
Al autor Julio Verne se le acredita haber inspirado a Simon Lake, el inventor
de los primeros submarinos de la Armada de Estados Unidos, con "Veinte mil
leguas de viaje submarino", y a Igor Sikorsky para hacer el helicóptero moderno
con "Robur, el conquistador".
El director de investigación de Motorola, Martin Cooper, reconoció que el
"comunicador" de "Viaje a las estrellas" fue lo que inspiró el primer teléfono
celular de los años '70.
Y el nombre del arma de electrochoques Taser es un acrónimo de "Thomas A.
Swift's Electric Rifle" (rifle eléctrico de Thomas A. Swift), una creación del
inventor ficticio Tom Swift: el físico de la NASA Jack Cover era un fan del
personaje y creó el artefacto en la vida real.
Pero no todos piensan que hoy en día se sufre de falta de ambición.
"El hecho es que los autos voladores están por llegar", le dice a la BBC el
empresario, ingeniero y cofundador de la Universidad de la Singularidad Peter
Diamandis.
El desafío actual del X Prize es hacer realidad el Tricorder de
"El viaje a las estrellas".
Asegura además que mucha gente en Silicon Valley tiene ideas del tamaño de la
ciencia ficción.
Apunta hacia Google X Lab y su trabajo en las gafas Google y los autos
voladores; a la empresa de transporte aeroespacial SpaceX de Elon Musk -cuyo
objetivo es colonizar Marte- y a su propia fundación X Prize, que organiza
competencias tecnológicas.
El desafío actual de X Prize es crear un "Tricorder", el aparato de mano que
usan para diagnosticar enfermedades en "Viaje a las estrellas". El diseño
ganador recibirá US$10 millones.
"La ciencia ficción ayuda a los científicos y tecnólogos a pensar de manera
disruptiva", señala.
No obstante, concuerda con la afirmación de que en la actualidad los
productos tecnológicos más familiares siguen el modelo de Silicon Valley de
innovación gradual.
La cuestión ética
El experto en informática y director de Tecnología de la Universidad de
Harvard, Jim Waldo piensa que la ciencia ficción es una plataforma importante en
la cual se pueden explorar las consecuencias de las nuevas tecnologías.
Waldo ayudó a crear "DarkStar", una plataforma de juegos y desarrollo de 3D,
para los laboratorios Sun Microsystems. Señala que ninguna de sus creaciones
vino de la ciencia ficción, pero que ésta ha ayudado a examinar su impacto.
"Tendemos a no pensar en las consecuencias de nuestra tecnología", le dice a
la BBC.
"Ver qué implica la tecnología puede darle una señal de alerta a quienes la
crean y ayudarlos a ser conscientes de que lo que hacen tendrá un impacto real
en la evolución política y moral del mundo", explica.
Mirar a nuestro alrededor
El impacto de la tecnología en los humanos ha sido explorada a
través de la ciencia ficción con personajes como los Borg de "La guerra de las
estrellas".
Para algunos, es imperativo examinar los efectos a largo plazo de la
tecnología que ya estamos utilizando.
La neurocientífica Susan Greenfield ha estado profundizando sobre el impacto
de las redes sociales en el cerebro.
Además de su investigación convencional, escribió una novela de ciencia
ficción llamada 2121.
Lo hizo, explica, porque con la investigación científica es fácil enredarse
en los detalles, mientras que la novela le proveyó una visión más amplia.
Además, la ayudó a enfocarse en diferentes áreas de la experiencia humana.
"Se pueden explorar asuntos milenarios que no están en los documentos
clásicos de ciencia, sino en la ficción de las relaciones, la identidad y lo que
hace que una persona sea distinta a la otra", le dice a la BBC.
Narrativas asombrosas
Para el documentarista Jason Silva, la ciencia ficción es importante para
propiciar la mentalidad indicada para aprovechar el potencial humano que haga
que surjan ideas realmente innovadoras.
Para el documentarista Jason Silva, se necesita narrativa para
poder soñar.
Silva, quien es el anfitrión de "Brain Games" en el canal de National
Geographic, hace énfasis en el poder de lo asombroso no sólo para inspirar
sino también para cambiar la química misma de nuestros cerebros, permitiéndonos
superar límites.
Cita el trabajo del psicólogo Nicholas Humphrey, quien dice que quedarse
deslumbrado reconfigura el cerebro y nos da una razón de ser que nos impulsa a
esmerarnos.
"La Humanidad piensa en narrativas. La narrativa es indispensable para que la
gente siga soñando", afirma, en conversación con la BBC.
La historia que nos contamos
Esa es la línea que sigue el Centro para la Ciencia y la Imaginación de la
Universidad del Estado de Arizona.
El proyecto "Hieroglyph" reúne a autores de ciencia ficción y a científicos
para que colaboren y creen nuevas narrativas sobre el potencial humano y el
futuro.
"Nuestra meta es tratar de expandir el
horizonte. Se trata de cambia la historia que nos contamos sobre el futuro"
Ed Finn
"La misión del centro es hacer que la gente piense más ambiciosa y
creativamente sobre el futuro", declara su director, Ed Finn.
Añade que nuestra ambición ha disminuido considerablemente: EE.UU. ha pasado
de las misiones Apolo a la Luna y los grandes cambios de infraestructura de los
'50 y '60 a no tener un programa espacial propio y a gente que conduce sus autos
sobre puentes construidos hace medio siglo.
El centro cree que la ciencia ficción es esencial para ser ambicioso a la
hora de pensar en el futuro.
"Nuestra meta es tratar de expandir el horizonte", dice Finn. "Se trata de
cambiar la historia que nos contamos sobre el futuro".
Quienes realmente están necesitados
Pero quizás es un grupo de gente totalmente distinto el que más necesita de
la ciencia ficción: los gobiernos.
Diamandis alega que la tecnología está cambiando la sociedad de una manera
para la cual no está equipada.
"Nos dirigimos hacia una sociedad en la que la inteligencia artificial y la
robótica van a transformar los lugares de trabajo en los próximos 20 años y en
la que muchas de las instituciones tradicionales, gubernamentales e incluso
estructuras industriales, van a cambiar rápidamente, colapsar y ser
remplazadas", pronostica.
"Todas esas estructuras fueron creadas hace cientos de años, en una época muy
distinta".
"Creo que los funcionarios gubernamentales, los economistas y los sociólogos
van a tener que considerar a la ciencia ficción como una vía para pensar cómo
reorganizar a la sociedad", concluye.
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