La firma trata las aguas residuales de una planta de refino de aceite de palma y obtiene gas metano. Foto: EFE |
El proceso consiste en capturar el gas metano que producen millones de bacterias que se comen la materia orgánica proveniente de las aguas residuales depositadas en una piscina cubierta por un plástico que no permite la entrada de oxígeno.
El metano es conducido por una tubería hasta una planta que lo quema en una primera fase; desde allí, una parte del gas quemado se conecta a dos cogeneradores que producen cada uno 750 kilovatios hora de energía, empleados para el consumo de la empresa, y lo que sobra se vende al mercado.
“Lo que hacemos es capturar el metano (gas de efecto invernadero) para evitar su desprendimiento a la atmósfera con el fin de disminuir el impacto en el cambio climático, y ese metano lo convertimos en combustible para generar nuestra propia energía”, explicó el presidente del Grupo Daabon, Manuel Julián Dávila.
La producción actual de energía alcanza 1,5 megavatios hora, pero los generadores tienen capacidad para generar hasta tres megavatios hora. “Nosotros consumimos para nuestra empresa 750 kilovatios hora y el restante lo vendemos a la red nacional de energía”, agregó Dávila.
La iniciativa, pionera en Colombia, permitió a C.I. Tequendama desconectarse de los sistemas eléctricos producidos a base de gas natural y carbón, lo que le significa un ahorro que ronda anualmente los 1.600 millones de pesos.
“Las implicaciones de fondo es que entre más procesemos más limpiamos”, aseguró el industrial.
La captura del gas de efecto invernadero le permite a la compañía maximizar los deshechos de la planta.
EFE
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