En una sala de exposiciones de Praga enseñaron ante la mirada de asombro de los allí presentes cómo una bicicleta de montaña de unos 95 kilos de peso unida a dos hélices con baterías eléctricas en la parte delantera, dos en la parte trasera y una por cada lado, conseguía desplazarse en el aire durante cinco minutos.
La prueba se realizó con un maniquí montado en la silla de la bici mientras otra persona lo dirigía con un mando de control remoto en la distancia.
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