La tenaz labor científica para preservar a la diminuta rana dorada, un animal simbólico para los panameños desde tiempos precolombinos y en peligro de extinción debido a la propagación de un hongo, ha comenzado a dar frutos con su reproducción en cautiverio.
El Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (EVACC, por sus siglas en inglés), en el que participan científicos panameños y extranjeros, anunció este mes que ha logrado reproducir 42 ranas doradas sanas, que ahora tienen seis meses de edad.
Las ranas tienen un promedio de vida de entre ocho y diez años.
La directora del Proyecto, Heidi Ross, declaró a Efe que es la primera vez desde 2006, cuando arrancó la iniciativa, que se ha logrado añadir la rana dorada a la lista de otras especies de anfibios criadas en cautiverio en esas instalaciones.
“Empezamos a examinar a las ranas en mayo de 2006, pero las investigaciones duraron mucho tiempo porque no contábamos con los recursos (…) ahora contamos con todos los equipos y por fin podemos atender a la rana en Panamá”, señaló Ross.
Ross explicó que las ranas doradas originalmente se crían en los arroyos de aguas claras de las montañas del centro de Panamá, principalmente en el Parque Nacional Altos de Campana, en la vertiente oeste de la cuenca del Canal de Panamá.
Por ello, explicó, fue complejo el trabajo para tratar de recrear condiciones ambientales similares y que resultara efectiva para la conservación y reproducción de la especie, conocida científicamente como “Atelpus zetequis”.
La científica señaló que la desaparición paulatina de la rana dorada está relacionada con la contaminación y la destrucción de su hábitat, pero principalmente con el mortal hongo quítrido (Chytridiomicetus dendrobctides).
Ese hongo ataca la piel de las minúsculas ranas y les produce una enfermedad conocida como quitridiomicosis, que las lleva a la muerte en aproximadamente dos semanas.
“Hemos visto que cuando llegan estos hongos, destruyen poblaciones en semanas (…) obviamente existe el problema de la contaminación y la destrucción, pero este hongo es el principal problema”, explicó.
Ross sostuvo que debido al hongo, que entró a Panamá desde la zona fronteriza con Costa Rica en 1993 y ataca a todo tipo de ranas, se buscó tener a las doradas en cautiverio, porque de otra forma hubieran desaparecido.
El EVACC está ubicado en el Centro de Conservación de Anfibios del Valle de Antón, en la provincia central de Coclé, donde también se trabaja con éxito en la conservación de otras 18 especies, 11 de ellas en peligro de extinción.
En el centro trabajan ocho personas que se reparten el trabajo de reproducir a los anfibios, investigar sobre el hongo mortal y realizar trabajos de seguimiento de campo, aunque existen otros grupos con decenas de personas que colaboran en el esfuerzo de salvar esta especie de anfibio.
En esa tarea, el EVACC tiene como socios al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el Parque Zoológico Nacional del Smithsonian, el Cheyenne Mountain Zoo, el zoológico de Houston y el zoológico de Nueva Inglaterra.
Ross aseveró que el plan es el de seguir trabajando en la reproducción y conservación de las ranas doradas en cautiverio hasta que se encuentre la “manera más segura” de soltarlas y que puedan valerse por sí mismas.
“Realmente no estamos listos todavía para eso, pero nos da tiempo para reproducir muchas más ranas”, añadió.
Según Ross, en los Estados Unidos hay centros similares al EVACC, entre ellos el zoológico de Maryland, donde existen alrededor de 2.000 ranas doradas que fueron llevadas allí desde Panamá y que se espera que en un futuro sean devueltas al país.
Para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la rana dorada es una especie en peligro crítico de extinción que ha desaparecido de su hábitat desde 2007.
En Panamá se celebró durante esta semana el “Festival de la Rana Dorada”, que en este país tiene su Día Nacional cada 14 de agosto debido a una ley de 2010, que dio a ese anfibio el estatus de “símbolo ecológico y cultural”.
El festival se celebra en distintas poblaciones del país, pero principalmente en la comunidad de Antón, con el objeto de crear conciencia sobre la preservación de esta rana.
Ross explicó que la actividad es aprovechada por grupos conservacionistas para dar charlas sobre la necesidad de cuidar el medio ambiente y el hábitat de especies como la rana dorada, porque existen otras que también se encuentran en peligro de desaparecer. EFE
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