Estela llevaba años con su padecimiento. Visitando médicos, tanto en el sector público como en la medicina privada. Muchos exámenes, pruebas y tratamientos. Cada médico le daba un diagnóstico y un tratamiento distinto, pero los dolores no cesaban. Pastillas, jarabes, pomadas y toda clase de tratamientos que más que bienestar, le estaban causando daños colaterales, le afectaban el estómago, el hígado y hasta los riñones.
Alguien le habló de la medicina natural u homeopática. Su reacción inmediata fue que ella no creía en brujería.
Narró que todo comenzó en una conversación en la fila de un supermercado. Esa fue la primera vez que le hablaron de ‘la desbaratadora’, una planta que al cocinarla expide un líquido de color rojo que no sabe nada agradable, pero que —según Estela— a mediano plazo erradicó esos dolorosos quistes que no la dejaban tener una vida tranquila.
¿BRUJERÍA O CIENCIA?
Estela incluso buscó literatura en internet y se enteró de que existe una rama de la medicina homeopática avanzada. Que fabrica me dicina, basados en técnicas totalmente naturales y sin el uso de sustancias artificiales. Se convenció de que no era brujería.
De acuerdo con un reciente estudio de la FAO —la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación—, se informa que en Panamá, como en el resto de países de América Central, existe una fuerte tradición del uso de plantas medicinales y un creciente mercado, tanto para consumo interno (no sólo para los habitantes de áreas rurales sino también en las ciudades) y hasta para la exportación.
El reporte destaca que las plantas medicinales más comercializadas de Panamá son la sábila, cola de caballo, toronjil, albahaca, granadilla, ruda, cedrón y jengibre.
La utilización de la medicina tradicional sigue en ascenso, y compite con la de los médicos universitarios, al punto que como en casos como el de Estela, hay quienes ya prefieren ir a sitios como el popular Mercadito de Calidonia a buscar plantas medicinales que incluso están desplazando otros tratamientos.
Personas que como Estela, se sienten agobiadas por un malestar y pierden la fe en los tratamientos médicos y buscan en métodos naturales una alternativa a sus padecimientos.
UNA VISITA AL MERCADITO
Sumergidos en la curiosidad periodística, La Estrella realizó un recorrido por el Mercadito de Calidonia. Un área de muchos cubículos juntos, uno tras otro, en los que en su mayoría mujeres ofrecen todo tipo de plantas y dan una lista de los males que prometen curar.
Las visitas son voluntarias, pero es notable que hay personas de todas clases sociales que buscan una cura a sus males.
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