La araña parda reclusa muerde a más de 7.000 personas en Brasil
cada año, causando lesiones graves en la piel e incluso la muerte. El antídoto
utilizado como tratamiento se produce a expensas de la vida de muchos animales.
¿Podría un avance en el veneno sintético de araña conducir a una solución más
humana?
"La primera vez que me picaron, casi me muero", dice Adelaide Fabienski Maia,
una asistente en una escuela de Curitiba, en el sur de Brasil.
"Me puse pantalones cortos en la mañana y sentí una mordida, pero no me di
cuenta qué era. No fue sino hasta la noche que me empezó a arder la cara. Miré
el área de la mordedura y estaba roja".
Adelaide fue de urgencia al hospital. Sólo gracias al antídoto puede contar
la historia.
Pero el antídoto disponible actualmente tiene sus propios riesgos: sobre todo
para los animales involucrados en el proceso de producción.
Es extraído de miles de arañas pardas y luego inyectado en caballos, lo que
desencadena una respuesta inmune que crea el antídoto para humanos. Y reduce
drásticamente la vida del caballo.
Ahora, científicos en Brasil tienen una alternativa: un veneno sintético.
"Muerte de la piel"
Las arañas más peligrosas del mundo
- Araña errante brasileña o araña del banano -en la foto-
(Phoneutria fera): según el Libro Guinness de los Récords,
tiene el veneno neurotóxico más activo del mundo. Sólo 0,006mg es suficiente
para matar un ratón. Si uno tiene la suerte de sobrevivir, la mordida puede
causar dolor extremo durante días, incluyendo una erección dolorosa que puede
generar impotencia.
Araña de Sídney con tela en embudo (Atrax
robustus): tiene uno de los venenos de araña más tóxicos para los
humanos, pero no se conoce ninguna muerte desde la introducción del antídoto.
Son agresivas cuando se sienten amenazadas. Tienen la costumbre de caer en las
piscinas donde pueden sobrevivir durante varias horas.
La venenosa reclusa marrón, de la familia de las Loxosceles, se encuentra en
América del Norte y del Sur, África, Australia y algunas partes de Europa.
Con un tamaño de entre 6 y 20 milímetros de largo, no son de ninguna manera
las arañas más grandes del mundo.
Incluso su mordida es casi indolora. Sin embargo, su veneno puede causar
grandes dolores y lesiones necróticas, conocidas como la "muerte de la
piel".
Se trata de la única familia de arañas en el mundo que hace que la piel muera
de esa manera. Los científicos lo han relacionado con una rara enzima en el
veneno llamada esfingomielinasa D, que daña y destruye el tejido de la piel.
En un pequeño porcentaje de casos, en los que el antídoto no se administra
con la suficiente rapidez, la persona puede morir a raíz de una insuficiencia de
órganos.
Pero muchas más muertes –de arañas y caballos– son causadas por la propia
producción del antídoto.
"Ordeñamos las arañas una vez al mes durante tres o cuatro meses", dice el
Dr. Samuel Guizze, biólogo en el Instituto Butantan, centro pionero de São Paulo
para la producción de antídoto.
Se necesita a un técnico que con cautela recoge la araña y la electrocuta,
mientras otro científico se apresura a extraer el veneno en una jeringa.
Dado que se consigue sólo un pequeño chorro de veneno, decenas de miles son
criadas para ser ordeñadas.
"La cantidad de veneno obtenido por araña es muy pequeño", dice Guizze.
"Luego inyectamos el veneno en los caballos y después de 40 días se los hace
sangrar y se separan los anticuerpos (antídoto) de la sangre".
Como era de esperar, esto tiene un efecto sobre la salud de los caballos. Su
esperanza de vida se reduce de 20 a 3 ó 4 años.
A las arañas les va aún peor: mueren tras tres o cuatro extracciones de
veneno.
Alternativas a los animales
A 600 kilómetros de distancia, en la Universidad Federal de Minas Gerais, un
avance promete reducir la dependencia que tiene la industria del antídoto
respecto a los animales.
El Dr. Carlos Chávez-Olortegui es biólogo y especialista en veneno de
arañas.
El veneno araña parda reclusa afecta la piel.
"Identificamos las partes del veneno responsables de crear anticuerpos, e
hicimos una cadena de proteína que contiene sólo estas partes", le explicó a la
BBC.
Al hacer una copia del ingrediente activo del veneno, significa que las
arañas podrían pronto no ser necesarias para el proceso.
Y, si bien todavía se necesitan caballos para el futuro inmediato, el veneno
sintético no es tóxico. Esto significa que los caballos todavía podrían producir
el antídoto adecuado en la sangre, pero sin experimentar los efectos de recibir
una inyección de veneno real.
Chávez-Olortegui dice que esta nueva técnica permitirá a los caballos
retirarse de esta actividad después de unos pocos años y pasar a vivir una vida
normal.
De hecho, en el futuro, se espera que los animales puedan ser eliminados
completamente del proceso.
¿Una vacuna para el futuro?
El estudio también ha demostrado tentadoras posibilidades para la creación de
una vacuna.
Los ensayos han demostrado que los animales inyectados con veneno sintético
de araña comienzan a producir anticuerpos que los protegen de los efectos de las
picaduras reales de las arañas pardas.
"Se necesitan más pruebas para ver si el nivel
de inmunización se mantiene a largo plazo, pero creemos que estamos en el camino
correcto para hacer una vacuna humana pronto"
Dr. Carlos Chávez-Olortegui es biólogo y especialista en veneno de
arañas
Chávez-Olortegui espera que estos resultados puedan allanar el camino para
una vacuna humana.
"Se necesitan más pruebas para ver si el nivel de inmunización se mantiene a
largo plazo, pero creemos que estamos en el camino correcto para hacer una
vacuna humana pronto", dice.
La potencial vacuna es vista como un gran avance para la ciencia pero podría
tener aplicaciones limitadas en el mundo real, ya que el costo del desarrollo de
la vacuna pesa ante las posibilidades de ser picado.
Pero en un país en el que se registraron 26.000 mordeduras de araña, sólo en
2012, 7.000 de las cuales fueron de arañas parda, podría existir bastante
demanda.
Adelaide Fabienski Maia, quien tiene el dudoso honor de vivir en la "capital
de la araña parda" de Brasil, ha sido mordida por segunda vez.
Aunque no son naturalmente agresivas, estas arañas tienen la mala costumbre
de dormir en la ropa de la gente.
Como es de esperar, Adelaide no quiere tomar más riesgos: "Si hubiera una
vacuna, llevaría a toda mi familia hoy mismo".
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