domingo, 5 de enero de 2014
Órganos humanos cultivados en cerdos, ¿alternativa a la donación?
Dentro de una sala de operaciones en pleno funcionamiento, un
cirujano y un equipo de especialistas con batas verdes se preparan para operar.
Sin embargo, no es un hospital. Es una granja en lo más profundo del campo
japonés. En la camilla -a punto de pasar bajo el bisturí- está una hembra de
cerdo de seis meses.
Sobre ella, bisturí en la mano, está el profesor Nagashima. Abre con cuidado
el abdomen y extrae el útero. Luego, con una jeringa y un catéter, empieza a
inyectar 40 embriones en el útero.
La cerda inconsciente está a punto de convertirse en una madre de alquiler -y
los embriones que estará portando son muy especiales. Son quiméricos, es decir,
que llevan material genético de dos especies diferentes.
En un cobertizo cercano, Nagashima tiene sus más preciadas posesiones. Hay
que cambiar de bata, cufia, botas y mascarilla para proteger a los ocupantes
-cerdos quiméricos completamente crecidos.
A mitad de camino por el largo cobertizo blanco, está el cerdo 29 -un macho
grande, peludo con colmillos sobresaliendo. El 29 es un cerdo blanco, aunque
está cubierto de pelo grueso y negro. Más importante aún, en el interior, tiene
el páncreas de un cerdo negro.
¿Cómo es eso posible? Inicia con lo que Nagashima llama embriones
"a-pancreáticos". En el interior del embrión del cerdo blanco, el gen que lleva
las instrucciones para el desarrollo del páncreas del animal ha sido
"apagado".
Luego, el equipo japonés introduce células madre de un cerdo negro en el
embrión. Lo que han descubierto a medida que se desarrolla el cerdo es que éste
será normal, excepto por su páncreas -que será genéticamente el de un cerdo
negro.
Pero esto es sólo el primer paso.
En un laboratorio de la Universidad de Tokio, el profesor Hiro Nakauchi está
dando el siguiente paso y es aún más sorprendente.
Nakauchi toma células de la piel de una rata adulta color marrón. Luego,
utiliza la manipulación genética para cambiar estas células adultas de la piel a
lo que se llaman células madre pluripotentes inducidas ("iPS", por sus siglas en
inglés). Lo sorprendente de las iPS es que tienen muchas de las mismas
características que las células madre embrionarias. En otras palabras, se pueden
desarrollar en cualquier parte del cuerpo del animal.
Las células iPS fueron creadas por primera vez en 2006 por el investigador
médico japonés Shinya Yamanaka. En 2012, ganó el Premio Nobel por su
descubrimiento.
En su laboratorio, Nakauchi ha tenido éxito en el uso de estas células iPS
para hacer crecer un páncreas de rata marrón dentro de un ratón blanco.
Pero, ¿por qué es todo esto tan importante?
El objetivo final de esta investigación es hacer crecer órganos humanos
dentro de cerdos. Por sí mismo, eso sería un enorme avance para la ciencia. Pero
lo que Nakauchi está tratando de lograr va más allá.
Espera desarrollar una técnica para tomar células de la piel de un ser humano
adulto y cambiarlas por células iPS. Esas células iPS pueden entonces ser
inyectadas en un embrión de cerdo.
El resultado que espera es un cerdo con un páncreas o los riñones o el hígado
humano o incluso, con un corazón humano. No sólo eso, el órgano sería
genéticamente idéntico al del humano del que se tomaron las células de la
piel.
Este es uno de los santos griales de la investigación médica: la capacidad de
reproducir un órgano humano que sea genéticamente idéntico al de la persona que
lo necesita. Podría significar el fin de las listas de espera de los donantes y
el fin de los problemas de rechazo del órgano.
Pero hay muchos obstáculos potenciales por delante. El primero es que los
cerdos y los humanos están lejanamente emparentados. Una cosa es lograr que
crezca un páncreas de cerdo negro dentro de un cerdo blanco, y otra muy distinta
conseguir que un páncreas humano haga lo mismo. Nakauchi confía en que puede
lograrlo. Cree que tardará al menos cinco años, pero admite que podría tomar
mucho más tiempo.
El otro problema es conseguir su aprobación. En Japón, es ilegal hacer
híbridos humano-animales. Nakauchi está presionando por un cambio en la
legislación. Pero si eso no sucede, es posible que tenga que trasladar su
investigación a Estados Unidos.
Muchos en Japón se oponen a la idea de híbridos humano-animales. Los
defensores de los animales se oponen a la idea de que se utilicen cerdos, ovejas
o cabras como fábricas de órganos humanos. Otros más se sienten incómodos tan
sólo con la idea de híbridos de cerdo-humano. Viene a la mente el clásico de
ciencia ficción de H. G. Wells, "La isla del Doctor Moreau".
Nakauchi dice que su investigación es completamente diferente. Los cerdos
seguirían siendo cerdos, sólo que llevarían en su interior un poco de tejido
humano. Dice que siempre ha habido resistencia a los nuevos avances científicos.
Y señala las objeciones generalizadas a la fecundación in vitro (FIV) cuando fue
inventada en Reino Unido en 1970.
Hoy en día, la FIV se utiliza en todo el mundo y nadie piensa que sea extraña
o poco ética.
Cualquiera que sea el debate ético, para los cientos de miles de personas
alrededor del mundo que esperan un nuevo riñón o hígado, la posibilidad de que
se pueda hacer uno a la orden es una idea, por lo menos, asombrosa.
Fuente: BBC MUNDO
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