sábado, 22 de febrero de 2014
Con sequía en California, ¿por qué exportan agua a China?
Mientras tormentas invernales históricas golpean a una gran
parte de Estados Unidos, California sufre la peor sequía de su historia. Por
ello, llama la atención que el estado agrícola más valioso del país, esté
utilizando miles de millones de galones de agua en producir heno,
específicamente alfalfa, que luego es enviado a China.
La capacidad de los embalses de California ha disminuido
considerablemente.
"Esto debería parecerse al Edén en este momento", se lamenta, en conversación
con la BBC, el agricultor John Dofflemyer, mientras observa el valle marrón
-brutalmente seco- con las vacas que aún posee, que comen del heno que ha tenido
que comprar para mantenerlas saludables.
En los áridos campos del Valle Central de California, agricultores como
Dofflemyer están vendiendo su ganado. Otros tienen que elegir cuáles cultivos
recibirán agua y cuáles se marchitarán.
"Esta sequía tiene un impacto de largo alcance que va mucho más allá de
California", asegura mientras el ganado se agrupa en una fila detrás de un
pequeño tractor que transporta una única paca de heno.
"Nunca habíamos visto nada como esto, es nuevo para todos".
California es el estado agricultor más grande de EE.UU.: la mitad de las
frutas y verduras que se consumen en la nación se cultivan allí.
Los agricultores están pidiendo ayuda urgente, a los residentes se les
aconseja que reserven agua y el gobernador advierte de niveles de sequía
récord.
Sin embargo, en el otro extremo del estado, el agua fluye mientras los
irrigadores la hacen caer en al menos un área del sur.
Los agricultores siembran heno mientras el sol brilla durante todo el año y
lo exportan como alimento de ganado a China.
El sur del Valle Imperial, en la frontera con México, obtiene su agua del río
Colorado que converge con el canal All American, una fuente vital para
la región.
De modo que cientos de héctareas del desierto están cubiertas de exuberantes
campos verdes: en gran parte heno de alfalfa, un nutritivo alimento para
animales que necesita mucha agua, que alguna vez sirvió de sustento a la
industria láctea de EE.UU. y que ahora tiene un uso similar en China.
"Unos 100.000 millones de galones de agua se exportan cada año en forma de
alfalfa desde California", asegura el profesor Robert Glennon, de la escuela de
Derecho de la Universidad de Arizona.
"Es una cantidad enorme, suficiente para suplir la demanda de un millón de
familias durante un año. Es muchísima agua, particularmente cuando se piensa en
la terrible sequía que experimenta el suroeste del estado".
Manuel Ramírez de la empresa K&M Press es un exportador en el Valle
Imperial, cuyos graneros están llenos de heno comprimido, envuelto en plástico,
que luego es trasladado en contenedores al puerto, desde donde se envían a Asia
y el Medio Oriente.
"En los últimos años las exportaciones a China se han multiplicado.
Comenzamos hace cinco años y, desde entonces, la demanda de heno de alfalfa ha
aumentado considerablemente", afirma.
"Aquí tenemos abundante agua que nos permite cultivar el heno para el mercado
extranjero".
El bajo costo de los derechos de agua y el desequilibrio comercial entre
EE.UU. y China, hacen que este negocio no sólo sea viable, sino también
rentable.
"Realizamos más importaciones que exportaciones, por lo que muchas de las
líneas navieras están buscando algo a cambio", explica Glennon. "El heno es uno
de los productos que transportan".
Hoy en día es más barato enviar alfalfa desde Los Ángeles a Pekín, que
enviarla desde el Valle Imperial al Valle Central.
"Necesitamos entender que el agua es un recurso finito", dice. "En Estados
Unidos, en cambio, la mayoría de nosotros piensa que el agua es como el aire,
infinita e inagotable; en verdad, a todos los efectos prácticos, es finita y
agotable".
El granjero Ronnie Langrueber cree que sembrando alfalfa está haciendo su
parte para ayudar a la economía estadounidense a salir de la recesión.
"En mi opinión, es parte de la economía global", dice, y añade que sólo una
fracción del heno va a China.
"Tenemos que hacer algo para equilibrar ese desequilibrio comercial y la
alfalfa es una pequeña parte de lo que podemos hacer en el Valle Imperial para
ayudar a resolver ese asunto", apunta, ante los micrófonos de la BBC.
Para él, toda la discusión sobre la "exportación del agua" es una tontería,
pues todas las exportaciones agrícolas contienen agua y hay pocos usos mejores
para ella.
"¿Es más eficiente usar esa agua para regar el campo de golf donde juegan las
estrellas de cine o que la utilicen los agricultores para producir un cultivo de
exportación y crear un motor económico masivo que impulse al país?", se pregunta
Langrueber.
Japón, Corea y los Emiratos Árabes Unidos compran heno californiano. El
precio actual es tan alto que muchos productores de leche y ganaderos locales no
pueden pagar el costo cuando no llueve y sus suministros habituales se vuelven
insuficientes.
El ganadero John Dofflemyer resiente que se envíe heno -que es lo mismo que
agua, en su opinión- al extranjero.
Es común ver a camiones de heno viajando rumbo al norte desde el Valle
Imperial. A pesar de los altos precios, los agricultores deben comprar lo que
puedan.
Incluso con las recientes lluvias en el norte de California, todavía hay una
grave escasez de agua.
La sequía es a menudo una excusa para que los políticos construyan represas o
reduzcan los controles ambientales, pero no para que discutan soluciones a largo
plazo.
En esos lugares inundados de agua, donde el comercio global distorsiona el
mercado local, las decisiones deben ser tomadas por aquellos que no tengan algo
que ganar.
Y es allí donde todo se complica.
Fuente: BBC MUNDO
sábado, 15 de febrero de 2014
¿Realmente es bueno adular a los niños?
Las palabras juegan un rol clave a la hora de alabar a sus hijos. |
Su niño le presenta su última creación artística.
Es un dibujo con una figura de largas y delgadas piernas, sin cuerpo ni pelo.
Es usted. En la esquina se puede ver algo amarillo que –según le dice- es el Sol
y junto a él algunas manchas moradas de pintura.
Si usted fuera honesto, le diría que ha visto mejores. Pero el niño está ahí,
esperando su reacción. ¿Qué le dice?
"¡Qué lindo! Es el mejor dibujo que he visto. Completamente fantástico". Y el
niño sonríe orgulloso cuando su obra de arte es fijada al refrigerador, para que
toda la familia la vea.
Pero, ¿es realmente lo mejor que podría haber dicho? Tendemos a asumir que
todos disfrutamos los elogios y que eso nos hace querer hacerlo cada vez mejor.
Pero si miramos la evidencia, no es tan cierto. Todo depende de las
palabras.
El problema no son los elogios per sé, sino cuando estos se inflan. Palabras
como "perfecto" o "increíblemente bueno" en vez de un simple "bien". Los padres
son especialistas en sobredimensionar su reacción cuando sus hijos tienen un
bajo nivel de confianza, esperanzados en que esto incentivará su autoestima.
Pero cuidado, le puede salir el tiro por la culata.
Se sabe que si las alabanzas no suenan sinceras, no tienen efecto (1). Y hay
un problema peor que el de que el niño que reconozca su hipérbole. La evidencia
apunta a que esto podría hacer que los niños eviten futuros desafíos (2).
Los niños que sufren de baja autoestima y a los que les han dicho que su
dibujo es "increíblemente bonito" son menos propensos a arriesgarse a tareas más
desafiantes posteriormente que aquellos a los que les dijeron que era un dibujo
"bonito". Una simple palabra hace la diferencia. La pregunta, obviamente, es por
qué.
Los investigadores especulan que un halago inflado deja la vara muy alta para
que los niños con baja autoestima quieran volver a intentarlo, pero esta
hipótesis aún no ha sido probada.
Alabado sea
Entonces, ¿cuál es la mejor manera de alabar a su hijo?
El autor principal del último estudio al respecto, el psicólogo Eddie
Brummelman, aconseja pensar sobre el mensaje que se está dando antes de hablar,
es decir, asegurarse de que no está dejando los estándares tan altos como para
que su hijo tenga miedo de no volver a alcanzarlos en el futuro.
Qué cualidades elija destacar puede ser un factor. Luego de dos décadas de
investigación, Carole Dweck, profesora de la Universidad de Stanford, ha
encontrado grandes diferencias entre halagar a los niños por sus habilidades
(como por ejemplo, cuán inteligentes son) y halagarlos por el esfuerzo que han
puesto en determinada tarea (diciendo "realmente trabajaste duro").
En un experimento en el que los niños eran felicitados por trabajar duro o
por ser inteligentes, los "inteligentes" se arriesgaban poco (3) y elegían
posteriormente actividades que sabían cómo hacer. También se molestaban más si
fallaban.
Destacar la inteligencia de un niño puede enseñarles que este es un rasgo
fijo, sobre el que no tienen control. Esto también puede hacerlos cautelosos a
la hora de probar cosas nuevas si existe el riesgo de no mantener los altos
estándares por los que los han felicitado.
Dweck recomienda enfocarse en el proceso a través del cual el niño pasa para
alcanzar alguna meta. "Realmente admiro lo concentrado que estás", por ejemplo.
Y si no le resulta, la crítica necesita ser constructiva, así aprende a
solucionar el problema.
Esto, por supuesto, depende bastante de la edad del niño.
Con niños en edad prescolar, cualquier tipo de elogio pareciera ser una
motivación, pero un poco más mayores las sutilezas mandan.
La psicóloga Jennifer Henderlong Corpus le dio a niños de 9 a 11 años un
rompecabezas y los elogió por su carácter, sus resultados, la manera en que
enfrentaron la tarea o simplemente no los elogió.
Luego lo rediseñó de manera que fallaran en la siguiente tarea, antes de ver
qué hacían después. Si habían sido felicitados por rasgos de su carácter al
principio del estudio, los niños no eran capaces de lidiar con su error (4). De
hecho, se desmotivaban. Pero si habían sido elogiados por sus resultados o por
la manera en la que enfrentaban la tarea, los niños seguían intentándolo.
Intereses competitivos
¿Qué tal resulta señalarles cuán bien lo hicieron respecto de otros niños? No
es raro pensar que no hay nada mejor que escuchar cuando uno lo hizo mejor que
todo el resto. Nuevamente los estudios sugieren que la cosa no es tan
simple.
Estudios con adultos en las décadas de 1970 y 1980 (5) mostraron que este
tipo de halagos mejoraban la satisfacción de la gente respecto de la tarea
misma, lo que se conoce como motivación intrínseca. Sin embargo, parecería que
con los niños es diferente.
Menores entre 9 y 11 años recibieron una serie de rompecabezas para armar.
Luego se les dijo a algunos de ellos: "¡Qué gran trabajo! Parece que eres mejor
haciendo esto que muchos otros niños", o "¡Está entre lo mejor que he visto en
niños de tu edad"! Otros fueron felicitados por el progreso que habían logrado,
por ejemplo: "¡Buen trabajo! Realmente aprendiste como resolverlo".
En la siguiente etapa, los niños recibieron tareas de dibujo, pero esta vez
sin comentarios posteriores, por lo que no supieron cuán bien lo habían hecho
antes de escoger entre la siguiente tarea, que podía ser fácil o difícil.
También se les preguntó si les divertía trabajar duro.
Los resultados mostraron que los elogios que implicaban una comparación
social surtían un efecto peor que no recibirlos. Parecían minar su motivación,
fomentándoles elegir tareas fáciles a futuro, tal vez por miedo a perder su
posición de liderazgo.
Pero esto sólo era cierto mientras no sabían cuán bien lo habían hecho.
Una vez que recibieron sus puntajes, niñas y niños se comportaron diferente.
Los niños se beneficiaron de la comparación, mientras las niñas no (6). Ellas
parecían reaccionar mal al escuchar que lo hacían mejor que otras. Entendían de
ello que lo importante era ganarle al resto más que obtener satisfacción de la
tarea en sí, por lo que su motivación se veía reducida.
Hay que destacar que estos estudios fueron hechos viendo cómo los elogios
afectan a los niños a corto plazo. Estudios que contemplen el largo plazo son
mucho más difíciles de realizar, ya que no hay certeza de que cada adulto le dé
a los niños el tipo de felicitación correcta a través de los años.
Sin embargo, la evidencia actual sugiere que elogiar a los niños por sus
esfuerzos y por la forma en que realizan la tarea es particularmente efectivo a
la hora de motivarlos.
Y si usted los felicita por sus resultados, pareciera ser un mito que
mientras más mejor. Inflar los elogios puede incluso ser contraproducente.
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Fuente: BBC MUNDO
Reino Unido apoyará experimento gigante de EE.UU. con neutrinos
Científicos de Estados Unidos esbozan planes para uno de los
mayores experimentos de física jamás construido.
En noviembre se reveló la detección de 28 neutrinos de muy alta energía en el observatorio IceCube de la Antártida |
Los investigadores del Fermi National Accelerator Laboratory (Fermilab), un
laboratorio nacional especializado en la física de partículas de alta energía,
en Illinois, quieren disparar un haz de partículas llamadas neutrinos a través
de 1.300 kilómetros de rocas y a una profundidad de 30 kilómetros bajo la
superficie, para aprender más acerca de cómo se creó el Universo.
Los neutrinos son partículas fantasmales que permean el universo.
Difícilmente interactúan con la materia y tienden a atravesar la Tierra.
Se estima que el proyecto, de US$1.500 millones de dólares, se lleve a cabo
en diez años.
Los organizadores del proyecto aseguran que es el experimento más importante
desde la búsqueda de la partícula bosón de Higgs.
Reino Unido ha respaldado la iniciativa.
Fuente: BBC MUNDO
Pitágoras y Mozart: ¿qué tienen en común la matemática y el arte?
¿Pueden las precisas y hermosas melodías de las "Las bodas de
Fígaro", de Mozart, tener la misma impresión de belleza en el cerebro que la
fórmula matemática de la teoría de la relatividad de Albert Einstein?
Parece que sí. Una investigación realizada por científicos de la Universidad
de Londres reveló que una compleja cadena de números y letras en una fórmula
matemática puede evocar las mismas sensaciones de belleza que una obra maestra
de la música.
El estudio consistió en ubicar delante de matemáticos lo que eran
consideradas ecuaciones "feas" y "bellas" y allí se pudo observar, mediante el
uso de escáner conectado al cerebro, que al mirar las ecuaciones consideradas
sublimes tenían la misma reacción neuronal que al apreciar una obra de arte.
Los investigadores sugirieron, basados en estos datos, que es posible que
exista una base neurobiológica de la belleza.
Todo esto porque raramente se expresa de igual manera el gusto por la fórmula
de la identidad de Euler o el teorema de Pitágoras como se hace cuando se
escucha lo mejor de Beethoven o se observa un cuadro de Van Gogh.
Fórmulas estéticas
Para realizar el estudio, publicado en la publicación académica
Frontier, se le entregaron a 15 matemáticos 60 fórmulas para calificar
su estética.
"Un gran número de áreas del cerebro están involucradas cuando observas una
ecuación matemática, pero cuándo les pides que las califiquen por su belleza, la
parte emocional del cerebro se activa, como si estuvieras viendo una pintura",
le dijo a la BBC el profesor Semir Zeki, que formó parte de la
investigación.
Entre más bella calificaban la fórmula, más actividad era registrada en las
imágenes de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) que se tomaban
en esos momentos.
"La neurociencia no puede afirmar que tan bello es algo, pero si se logra involucrar la parte medio orbito-frontal del cerebro, como sucede con los matemáticos y las ecuaciones, se puede encontrar belleza en todo"
Semir Zeki, investigador
"La neurociencia no puede afirmar que tan bello es algo, pero si se logra
involucrar la parte medio orbito-frontal del cerebro, como sucede con los
matemáticos y las ecuaciones, se puede encontrar belleza en todo", afirmó
Zeki.
La identidad de Euler
A simple vista tal vez la fórmula de la identidad de Euler no sea muy "linda"
o "artística", pero en el estudio fue la mejor calificada por los
académicos.
Para el profesor David Percy, del Instituto de Aplicaciones de la Matemática
de Reino Unido, ésa es su favorita.
"Es un verdadero clásico y es posible que no se pueda hacer algo mejor que
eso", dijo Percy.
Y añadió que "combina de manera increíble las constantes más importantes de
la matemática: cero (identidad aditiva), uno (identidad
multiplicadora), i y pi (los números transcendentales más
comunes) y el último que es i (el número imaginario)".
Para Percy lo que hay que tener claro es que el impacto al observar estas
ecuaciones no es inmediato, sino gradual. Como con una composición musical, que
después de escucharla varias veces es que se puede apreciar su potencial
real.
"Su estética ha sido fuente de inspiración y te da el entusiasmo para
encontrar cosas nuevas", concluyó Percy.
Belleza innegable
Para el matemático Marcus Du Sautoy es innegable la belleza de las
matemáticas y que eso es lo que inspira a cada uno de los matemáticos en su
trabajo.
"Amo las cosas que Pierre de Fermat hizo. Él demostró que cualquier número
primo que se puede dividir por cuatro y sobra uno, fue la suma de dos números
cuadrados", señaló Du Sautoy.
Por supuesto, puso un ejemplo: "Veamos, 41 es un número primo que al
dividirlo por cuatro y sobra uno, es igual a la suma de 25 (cuadrado de cinco)
más 16 (cuadrado de cuatro). Lo que nos recuerda que es una cifra que se puede
escribir en dos números cuadrados".
Du Sautoy aclaró que es inesperado que en matemáticas estas dos cosas
(números primos y cuadrados) tengan algo en común, pero sirve como prueba de
cómo dos ideas separadas se van mezclando al igual que en una composición
musical las notas se van juntando.
"Pero lo placentero es el camino que recorres para estudiarlo o para crearlo,
como en un cuadro o una composición, no basta con la interpretación o la
exposición en un museo", concluyó.
En el estudio, los matemáticos calificaron la serie infinita de Srinivasa
Ramanujan y la ecuación funcional de Bernhard Riemann como las más "feas".
Fuente: BBC MUNDO
sábado, 1 de febrero de 2014
¿Es bueno pasársela durmiendo el fin de semana?
Algunos estudios sugieren que la gente que duerme más de nueve horas tiene
más posibilidades de sufrir enfermedades o accidentes.
Sin embargo, no está claro si la causa de estos males es dormir demasiado o
si se trata de que las personas con propensión a caer enfermas están también
predispuestas a pasar más tiempo en la cama. Por ejemplo, porque están
deprimidos.
En cualquier caso, esta regla se aplica a las personas a las que se le pegan
las cobijas como rutina.
Recuperar horas de sueño durante el fin de semana no hace ningún daño. Eso
sí, podría no ser suficiente para reparar el daño de haber dormido poco o mal
durante la semana.
Un estudio realizado en 2013 por la escuela de medicina de la Universidad del
Estado de Pensilvania descubrió que recuperar horas de sueño reduce los niveles
en la sangre de las hormonas que se liberan con el estrés.
El mismo estudio demostró que recuperar horas de sueño el fin de semana no
mejoró los niveles de concentración de quienes se sometieron a este ensayo.
Fuente: BBC MUNDO