La Tierra ha entrado en un “déficit ecológico”. En lo que va de 2015, es decir, en menos de ocho meses, la humanidad ya ha gastado los recursos naturales que el planeta puede reponer en un año.
Así lo anunciaron la semana pasada la Global Footprint Network (GFN), organización que mide la huella ecológica planetaria, y el Fondo Mundial para la Conservación de la Naturaleza (WWF, en inglés), a propósito de la conmemoración del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, una fecha que anualmente desfila en el calendario y que determina el momento en que la humanidad ha agotado su presupuesto anual ecológico.
“El ejemplo más claro para explicar esta situación es gastar de una cuenta de ahorros más que el dinero producido en intereses. En algún momento habremos gastado todo el capital que existía en dicha cuenta. Volviendo a nuestro planeta, nos estamos comiendo el capital natural del mismo y consecuentemente su capacidad de renovar sus servicios ambientales”, explica Hugo Arnal, director de WWF en Ecuador, por vía e-mail.
El concepto del Día de la Sobrecapacidad de la Tierra lo concibió Andrew Simm, de New Economics Foundation de Reino Unido, institución que se alió al GFN para poner en marcha la primera campaña en 2006 y a la que en 2007 se sumó WWF.
En 2006 esta fecha se conmemoró en los primeros días de octubre; en 2014, el 19 de agosto, y este año, seis días antes: el 13. Se prevé que para el 2030 se dé a fines de junio. “Cada año que transcurre, el Día de Sobrecapacidad se alcanza más tempranamente (...). ¿Por qué? Porque consumimos los productos y servicios del planeta a una velocidad cada día mayor”, dice.
En este proceso hay dos conceptos claves. La huella ecológica, que es la cantidad de tierra y agua biológicamente productivas que, en este caso la humanidad, requiere para producir los recursos que consume y absorber los desechos que genera, en 2010 (último dato disponible) fue de 18.100 millones de hectáreas globales (hag). Y el otro, la capacidad que tiene la naturaleza para responder a esas demandas, que se conoce como biocapacidad.
La biocapacidad del planeta pasó de 9.900 millones de hectáreas globales (una hectárea global representa una biológicamente productiva) en 1961 a 12.000 en 2010. Sin embargo, durante el mismo periodo la población mundial pasó de 3.100 a casi 7.000 millones, reduciendo la biocapacidad per capita disponible de 3,2 a 1,7 hag. Mientras, la huella ecológica per capita aumentó de 2,5 a 2,7 hag. Entonces, aunque la biocapacidad aumentó globalmente, hay menos para repartir, reza el Informe Planeta Vivo 2014 de la WWF.
¿Cómo determinan la fecha en la que el planeta ha consumido los recursos naturales que este puede reponer anualmente? Dividiendo la biocapacidad del planeta por la huella ecológica de la humanidad. Eso se multiplica por 365 (el número de días en el año), lo que da como resultado el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra.
El tiempo restante corresponde a un sobregiro, que lleva al agotamiento del capital biológico que sostiene la vida en el planeta o a una acumulación de productos de desecho, señala en su página web la GFN.
Allí también se detalla que el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra es una estimación, no una fecha exacta, y que desde el 2001 ha estado moviéndose tres días más temprano cada año.
El Informe Planeta Vivo 2014 ya daba cuenta de que durante más de 40 años la presión de los seres humanos sobre la naturaleza ha excedido lo que el planeta puede reponer. Ahora se necesita el equivalente a 1,5 planetas para satisfacer la demanda de recursos de la humanidad. En el año 2030 se necesitarán dos.
El usar más de lo que la Tierra puede suministrar se refleja en deforestación, sequías, escasez de agua dulce, pérdida de suelos, pérdida de biodiversidad, aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Respecto de este último aspecto, Arnal aclara que la contribución de Ecuador a las emisiones globales de CO2 es relativamente pequeña.
Según el Banco Mundial, las emisiones per capita de Ecuador en 2011 fueron de 2,3 toneladas métricas (tm), mucho menos que China (6,7 tm) o Kuwait (29,1 tm). Por este motivo, dice, a pesar de que el 38 % de la huella ecológica del país corresponda a combustibles fósiles, “aún tiene buenas oportunidades de alcanzar un desarrollo sostenible”.
En relación con la pérdida de biodiversidad, el informe de WWF revelaba que el número de mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces en todo el planeta es, en promedio, la mitad de lo que era hace 40 años. Se redujo el 52 % entre 1970 y 2010.
Aunque esto está sucediendo tanto en las regiones templadas como en las tropicales, reza el informe, la disminución es mayor en el trópico y América Latina presenta la más dramática: una caída del 83 %. El documento sitúa como principales causas la pérdida de hábitats y la degradación y explotación debido de la caza y la pesca. Además, nombra al cambio climático como la siguiente principal amenaza común y alerta de que este ejercerá, probablemente, una mayor presión sobre las poblaciones en el futuro. (I)
Cumbre Climática
Para la WWF, el acuerdo global que se firmaría en la Cumbre Climática de París es clave para frenar el crecimiento de la huella ecológica de la humanidad. Este año, la absorción de gases de efecto invernadero requerirá del 85 % de la biocapacidad del planeta. Se calcula que haría falta el doble de la biocapacidad actual de los bosques para absorber el carbono emitido a la atmósfera.
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