La aparición repentina de arrugas, manchas en la piel, bolsas en los ojos y patas de gallo, entre otros, son sinónimo de que el tiempo avanza y ello puede perjudicar seriamente el prototipo de belleza de cualquier mujer.
Este tipo de problemas suceden normalmente a partir de los treinta años, edad promedio en la que se acentúan las líneas de expresión que deslucen la imagen, porque su piel adquiere un aspecto blando que puede reflejar hasta tristeza.
Por ello, especialistas recomiendan el consumo de soya, uno de los cinco cultivos sagrados de China y, a través del tiempo, los investigadores en el cuidado de la piel descubrieron que las proteínas de soya son un factor importante antiedad, en las distintas capas de la piel, debido a su alta concentración de aminoácidos, esenciales para el metabolismo celular.
Las proteínas de la soya no sólo aceleran el proceso de renovación celular, la misma que baja de intensidad con el paso de los años, sino también estimulan la síntesis de colágeno y la habilidad propia de la piel de absorber agua, por lo que la piel queda profundamente humectada. Esto ayuda a mejorar la densidad y firmeza de la piel. La soya mejora la elasticidad, aumenta la firmeza e incrementa la hidratación de la piel.
Fuente: Expreso
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