viernes, 22 de abril de 2016

Dia de La Tierra, la firma del Acuerdo del Clima es insuficiente

El 22 de abril, Día de la Tierra, la gran mayoría de jefes de Estado participan en la ceremonia de Naciones Unidas en Nueva York para firmar el Acuerdo del Clima aprobado en París el pasado diciembre. Se trata del siguiente paso antes de ratificar el acuerdo en los parlamentos nacionales.
Crisis climática
La firma del Acuerdo del Clima es insuficiente en la lucha contra el cambio climático:
Será en ese momento cuando se hará oficial, siempre y cuando 55 países, representando al menos el 55% de las emisiones mundiales, ratifiquen sus planes estatales contra el cambio climático, NDCs. Aún así, el documento no entrará en vigor hasta 2020, por lo que ningún país impulsará medidas hasta entonces.
El pasado mes de diciembre cuando se aprobó el acuerdo del clima durante la COP21, Amigos de la Tierra denunció la insuficiencia del documento, que no incluía los principios de equidad y justicia, y enfatizó que los compromisos alcanzados no estaban a la altura de la magnitud del problema climático. A pesar de este hecho, la mayoría de gobiernos están celebrando este acto como un triunfo histórico, por este motivo la organización ecologista resalta que el documento final no constituye ningún motivo de celebración.
“La ciencia es muy clara: estamos en un punto de no retorno. Las decisiones que se tomen en los próximos 10 años – inversiones en energía sucia, distribución de fondos públicos, reducción de emisiones- determinarán si la temperatura global sobrepasa el límite del 1,5ºC o no, y cuál será la escala de los impactos sobre la población y nuestro planeta”, ha señalado Alejandro González, coordinador de Amigos de la Tierra. 

A pesar de la mención de no sobrepasar el límite del 1,5ºC en el acuerdo, en ningún momento se reconocen los graves riesgos de superar esos niveles y llegar a los 2ºC de temperatura media. De hecho los objetivos de reducción de emisiones de cada país ni siquiera lograrían permanecer por debajo de los 2ºC, sino que prácticamente se alcanzarían los 3ºC, una temperatura incompatible con un planeta habitable. 

De no emprender medidas urgentes y eficaces para cumplir con el objetivo del 1,5ºC, miles de millones de personas se verán afectadas en todo el mundo. Este incremento de temperatura supondrá graves problemas para la alimentación, la energía, el agua…; los países de todo el mundo no pueden permitirse correr este riesgo.
El caso de España resulta especialmente paradójico; la política del ejecutivo no ha hecho más que fomentar las subvenciones a los combustibles fósiles y encallar el desarrollo de las energías renovables, una ristra de medidas incoherentes en la lucha frente al cambio climático. La organización ecologista insta al Gobierno a avanzar hacia un modelo basado en energías limpias en manos de la gente, una medida que responde a su responsabilidad histórica frente al cambio climático. 

Amigos de la Tierra demanda a su vez más apoyo económico para los países no industrializados con el fin de garantizar una transición basada en energías renovables y criterios de eficiencia que protejan a las comunidades. Con el acuerdo actual, los países del Norte Global solo están obligados a informar cada vez que realizan una aportación, sin embargo la cantidad o el tipo de financiación no se especifica. De esta forma el apartado de financiación resulta extremadamente ambiguo y abre las puertas a una financiación privada que podría resultar contraproducente.

La “neutralidad climática” es otro de los puntos conflictivos en el acuerdo. El objetivo en este capítulo es dar vía libre a falsas soluciones como los mercados de carbono, la energía nuclear o los agrocombustibles. Sin embargo, la lucha contra el cambio climático no puede basarse en parches que sigan permitiendo la emisión de gases de efecto invernadero y trasladando el problema en vez de solucionarlo. Es necesario un cambio drástico que garantice cero emisiones de gases de efecto invernadero.
Amigos de la Tierra insta a los decisores políticos de los países industrializados a tener las agallas de asumir su responsabilidad histórica y desarrollar planes nacionales de lucha contra el cambio climático más ambiciosos que los presentados hasta la fecha. Con este fin propone las siguientes medidas:
• Una transformación energética global que incluya la paralización de los proyectos de energía sucia, mejore la eficiencia energética, el acceso a la energía renovable y que avance hacia un modelo de energía comunitaria.
• La financiación necesaria para los países no industrializados que permita una transición energética justa.
• El fin de las emisiones de gases de efecto invernadero sin escudarse en los mercados de carbono y otras medidas ineficaces. 

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