La cultura light en la alimentación se remonta aproximadamente desde la segunda mitad del siglo XX, donde los estereotipos de belleza y apreciación al físico femenino y masculino cambian para dar prioridad a siluetas esbeltas que son producto de una alimentación “baja en calorías”.
En México se vive una cultura por los alimentos light, creyendo que su alto consumo es bueno para la salud y puede hacer que la gente alcance la figura delgada socialmente aceptada.
Según declaraciones del investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, por razones genéticas o de constitución física, la figura esbelta solo puede tenerla entre el 5 y 10 por ciento de la población que está dentro de este biotipo.
Un alimento “light” no es sinónimo de producto adelgazante, aunque su aporte calórico es inferior a los alimentos convencionales, incluyen calorías que pueden sabotear cualquier régimen alimenticio para perder peso.
Los productos light ofrecen un alimento bajo en azúcares o bajo en grasas; pero esto no significa que no poseen estas sustancias.
Es necesario leer las etiquetas para saber en detalle qué cantidad de azúcar y grasas se está consumiendo, aún cuando se trate de alimentos light. No se pueden consumir libremente, ya que un exceso repercutirá en la salud al igual que un alimento convencional.
Fuente: Conacyt Prensa
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