viernes, 24 de junio de 2016

Las aves poseen una ventaja intelectual gracias a neuronas muy compactas

Unos investigadores han descubierto que los pájaros cantores, los papagayos y varias otras especies de aves pueden tener en su encéfalo tantas neuronas o incluso más que los mamíferos, incluidos los primates.
Tendencias científicas: Las aves poseen una ventaja intelectual gracias a neuronas muy compactas
Algunas aves poseen una destreza excelente para realizar tareas que se cree que requieren un «nivel superior del pensamiento», como por ejemplo planear el futuro, manejar utensilios, contar y reconocerse en un espejo. Tales aves son capaces de cumplir esas tareas con un nivel de destreza equivalente o incluso superior a la capacidad de resolución de problemas de los primates, y eso pese a contar con un encéfalo varias veces más pequeño. Hace algún tiempo, algunos autores habían sugerido que el encéfalo de las aves está estructurado de un modo completamente distinto al de los primates, pero esta hipótesis quedó invalidada hace dos años por un estudio sobre el encéfalo de las palomas.

Ahora nos aporta nuevos indicios un equipo de científicos de la Universidad Carolina de Praga y de la Universidad Vanderbilt de Nashville, Tennessee. Este equipo estudió veintiocho especies de aves y observó que los pájaros cantores y los papagayos pueden tener condensadas en su encéfalo tantas neuronas o incluso más que los mamíferos (y concretamente en la región del prosencéfalo, asociada a actividades más complejas). En su opinión, estas neuronas, diminutas, muy compactadas e interconectadas otorgan a las aves unas capacidades cognitivas posiblemente muy superiores a las que se les suele atribuir, pudiendo incluso tener capacidades superiores a las de primates que cuentan con un encéfalo de tamaño similar. En resumen, los investigadores consideran que el encéfalo de las aves puede poseer una potencia cognitiva muy superior por unidad de masa a la del encéfalo de los mamíferos.

El equipo científico adquirió o capturó varias aves, por ejemplo estorninos, diamantes mandarines, grajillas y periquitos, y procedió a analizar la estructura de su encéfalo. Tras extirpárselo, se centraron en el palio, una estructura del encéfalo aviar equivalente a la corteza cerebral de un mamífero. Los mamíferos cuentan con neuronas de más tamaño que permiten conectar regiones encefálicas distanciadas, pero ello va en detrimento de la densidad. Las aves compensan esta desventaja teórica con unas neuronas más próximas entre sí y con cierto número de neuronas más grandes que posibilitan la comunicación de larga distancia.

El encéfalo de un guacamayo no es mayor que una nuez, pero su prosencéfalo posee más neuronas —característica crucial para tener un comportamiento inteligente— que el de un macaco, cuyo encéfalo tiene el tamaño de un limón. Las cacatúas galeritas y los gálagos menores tienen un encéfalo que pesa en torno a diez gramos, pero las primeras cuentan con dos mil millones de neuronas, el doble que los gálagos. La mayor densidad de neuronas en el prosencéfalo se registró en los papagayos, los pájaros cantores y los córvidos (p.ej. cuervos y grajos). En otras palabras, lo que las aves pierden en tamaño lo compensan con creces con el elevado número de células cerebrales que poseen.

Según comentó Pavel Němec, integrante del equipo de investigación: «Desde hace mucho tiempo pende sobre las aves el estigma de que su encéfalo es bastante pequeño, pero en realidad son increíblemente inteligentes. Son capaces de realizar acciones de las que antes sólo creíamos capaces a los mamíferos y los simios. Había una falta de correspondencia entre el tamaño de su encéfalo y sus habilidades cognitivas».

No es la primera vez que la inteligencia de las aves sorprende a investigadores. Ya en 2002 un equipo de la Universidad de Oxford quedó estupefacto al constatar que cierto cuervo de Nueva Caledonia era capaz de curvar un alambre para emplearlo como anzuelo de pesca. Diversas aves han hecho gala de habilidades muy avanzadas, como la capacidad de contar del loro gris africano (Psittacus erithacus) o la capacidad de las urracas para reconocer su propio reflejo.

Los resultados de esta singular investigación se han publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Němec se dispone a analizar el encéfalo de más aves, como palomas, aves acuáticas y pollos para estudiar posteriormente su estructura interna. «Quisiéramos examinar si las neuronas aviares cuentan con cantidades de conexiones parecidas a las de los primates, pero eso ya será en otro proyecto a gran escala», concluyó.

Fuente: Cordis 

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