domingo, 14 de agosto de 2016
La importancia del dinero en una pareja: la independencia económica
De forma tradicional y por culpa de un pensamiento social algo retrógrado han sido muchas mujeres las que han dependido económicamente del hombre, algo que sin duda les hacía estar atadas a un hombre al que quizá, dejaron de amar hace mucho tiempo. Pero cuando una persona no tiene recursos económicos se ata a una persona que quizá, no le aporte felicidad de ningún tipo, pero que por miedo a quedarse sin nada... continua a su lado.
Incluso en la actualidad, podemos encontrarnos con personas -sobre todo mujeres- que dependen económicamente de sus parejas y que por culpa de eso, se sienten anuladas como personas e incluso, sienten que no aportan nada de valor a la vida de las personas que están en su entorno, porque si quieren o necesitan algo, deberán pedirlo a la persona que sí tiene ingresos económicos, y lo peor... deberá depender de que la otra persona acepte -o no- darle ese dinero, por lo que no podrá tener un control financiero de ningún tipo y se sentirá absolutamente limitada en muchos aspectos de su vida.
La independencia económica entre las parejas es algo muy importante en la vida actual. A pesar de la idea común de que las parejas casadas deben compartir los derechos conyugales y los gastos compartidos, al mismo tiempo es algo inteligente que las parejas, tengan un fondo independiente.
Esto significa alentar el secreto financiero hacia el otro, fomentando la libertad y la autonomía de los gastos. Es muy importante mantener la estabilidad de los gastos familiares y tener en cuenta los gastos futuros -sobre todo si la familia aumentará-. Pero con todo esto presente, se deben tener en cuenta algunas razones por las cuales las parejas deben tener independencia económica.
Lo ideal es que la pareja que se quiere se amen el uno al otro, independientemente del dinero que se tenga en la cuenta corriente. Hay personas que si tienen unas finanzas inestables, increíblemente el amor se acaba... aparecen problemas y puede incluso acabar en divorcio o en separación de las parejas.
Una forma de ayudar a evitar esto es que las parejas tengan cuentas separadas.Esto hará que cada uno sea responsable de su propio dinero, y que ninguno de los dos deba mantener a otro ni depende del otro.
Si una persona depende economicamente de otra, estará afectando a la forma de comportarse e incluso a la forma de comportarse entre sí. Esto sin duda afectará a la igualdad entre personas y la persona que aporta el dinero puede sentir cierto poder -inexistente pero que se hace realidad- ante la otra.
Es muy poco saludable para las parejas ya que podrían sentir prejuicios de alguna manera. Estos prejuicios pueden ser leves o explotar en problemas más graves que afecten a la calidad de la pareja por potenciar las desigualdades a causa de una falta de independencia en la pareja.
Si una persona depende de financieramente de otra, podría continuar a su lado incluso aguantando comportamientos negativos sólo por miedo a perder la calidad de vida que lleva. Se siente miedo por perderlo todo o no ser capaz de buscarse la vida uno mismo. Pero todos somos capaces de tener independencia económica, sólo hay que pensar en qué valemos y en cómo podemos conseguir clientes.
Como he apuntado antes hay personas que sienten pleno poder ante otra porque tienen el poder adquisitivo. Debido al hecho de que la otra persona no es capaz de contribuir a los gastos de la familia, la persona que sí contribuye a los gastos puede mostrar dominio sobre la otra persona. Esto puede hacer que la persona que no tiene independencia económica se sienta degradada e incluso humillada... aunque la persona que sí tiene solvencia económica puede sentir que tiene toda la responsabilidad de los gastos familiares.
Es necesario tener claros los objetivos que se tienen en la pareja, y sobre todo, tener claro cuáles serán los roles de cada uno de la pareja -teniendo cada uno su propia independencia económica- y respetarse mutuamente. En caso de que la relación no funcione, cada uno podrá irse por su lado sin tener que estar por dependencia financiera con la otra persona.
Es sabido que las personas debemos tener unos buenos hábitos de consumo y hacer compras inteligentes para poder tener una buena estabilidad económica o al menos, poder ir viviendo adecuadamente y poder sobrevivir en épocas más duras.
Pero además de todo esto, cuando las parejas tienen independencia económica se podrán respetar las diferencias de hábitos y de consumo una de otra. Es necesario que ambos tengan la responsabilidad de cumplir con los pagos compartidos, pero al mismo tiempo se podrán respetar los gastos.
Por ejemplo, si a una persona le gusta comprarse ropa y la otra parte de la pareja prefiere hacer gastos en experiencias o en otro tipo de objetos, cada uno podrás tener lo que desea sin tener que dañar a la otra persona por el gasto. Es independencia y cada uno deberá tener la responsabilidad suficiente para poder disfrutar de su propio dinero.
En el pasado es posible que fuesen las mujeres las que dependían más económicamente de los hombres, pero en la actualidad no tiene que ser necesariamente así. La mujer está bien integrada en el mundo laboral y sigue luchando cada día por su independencia.
Hoy en día puede haber muchas circunstancias diferentes en las familias, pero pueden ser tanto hombres como mujeres los que por diferentes dificultades deban depender de sus parejas, o quizá sea una decisión propia por comodidad y conformidad.
Es necesario que ambos tengan la responsabilidad de encargarse de su economía y de por supuesto, hacer un uso adecuado de su dinero para evitar problemas financieros o incluso de pareja. Aunque el dinero no da la felicidad en pareja, la independencia económica ayudará a evitar discusiones innecesarias y a que cada uno tenga confianza suficiente para poder ser él/ella mismo/a en la relación. Sin dependencia económica ni tampoco emocional.
Fuente: Bekia
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