domingo, 11 de noviembre de 2018

Cuál es “la tecnología más prometedora para la humanidad” según el fallecido físico Stephen Hawking

Stephen HawkingDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionConsultado sobre la idea que más podría transformar a nuestra sociedad, el profesor Stephen Hawking eligió la fusión nuclear.
Una sola hora de luz solar tiene el poder suficiente para abastecer de energía a la Tierra por un año entero. ¿Por qué es tan poderosa la luz del Sol? Porque surge de una reacción llamada fusión nuclear.
Este proceso, que tiene el potencial de generar energía eterna, es considerado el santo grial de la industria energética y varias de las mentes más brillantes del mundo están abocadas a intentar desarrollarla.
En una entrevista con la BBC a finales de 2016 el famoso físico británico Stephen Hawking, quien falleció en marzo pasado, dijo que la tecnología que permite generar fusión nuclear es la más prometedora para la humanidad.
"Me gustaría ver el desarrollo de la energía de fusión", respondió, consultado sobre la idea que más podría transformar a nuestra sociedad.
"La fusión nuclear sería una fuente de energía práctica que nos daría una cantidad inagotable de energía, sin contaminar ni generar calentamiento global", señaló.a desarrollar el "santo grial" de la energía limpia e inagotable
Sol brillando en cielo azul.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa idea de la fusión nuclear es reproducir la energía que genera el Sol.
Más concretamente fusionando hidrógeno para producir helio, una reacción que libera enormes cantidades de energía, igual que lo que ocurre en el Sol.

La carrera por alcanzar el santo grial

Hoy existen más de 25 emprendimientos privados dedicados a este fin, varios de ellos financiados por algunos de los empresarios más conocidos del planeta, como Bill Gates (Microsoft), Jeff Bezos (Amazon) y Peter Thiel (PayPal).
El primer proyecto privado fue Tri-Alpha Energy (o TAE Technologies), basado en California, Estados Unidos, que ya lleva dos décadas de existencia.
Uno de sus inversores más famosos fue el cofundador de Microsoft, Paul Allen, quien falleció en octubre pasado.
Un peso pesado del sector es Commonwealth Fusion Systems, una startup fundada por seis profesores del prestigio Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
El reactor que se construye en MIT.Derechos de autor de la imagenBOSTON GLOBE/GETTY IMAGES
Image captionEl reactor que se construye en MIT.
Aunque apenas fue creado hace un año, es considerado uno de los proyectos más ambiciosos porque tiene como meta crear un prototipo de reactor para 2025.
Gates y Bezos son dos de los que financian este emprendimiento, junto con otros famosos empresarios como Richard Branson y Michael Bloomberg.
También algunas petroleras están empezando a apostar por un futuro sin combustibles fósiles. Según la agencia Bloomberg, la italiana Eni SpA encabezó un grupo que invirtió US$50 millones en Commonwealth Fusion Systems en marzo pasado.

Esfuerzo internacional

Pero algunos expertos creen que el proyecto que más posibilidades tiene de avanzar no está en el sector privado.
Se trata del llamado Reactor Experimental Termonuclear Internacional (ITER, por sus siglas en inglés), que se construye en Cadarache, en el sur de Francia, con un presupuesto de US$23.000 millones.
35 países colaboran en este experimento científico, que se inició hace más de tres décadas.
Los responsables de ITER estiman tener listo un reactor a gran escala recién para 2050.
Sitio de ITER en FranciaDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image caption35 países colaboran en la creación del Reactor Experimental Termonuclear Internacional (ITER), en el sur de Francia.
Diversos países también desarrollan sus propias iniciativas. En abril pasado la BBC pudo acceder a las instalaciones en la provincia de Anhui, en China, donde científicos de ese país aseguran estar más avanzados que sus pares en EE.UU., la Unión Europea (UE), Japón, Corea del Sur y Brasil.

El problema

Pero todos estos proyectos se enfrentan con el mismo problema, que curiosamente no es cómo lograr la fusión nuclear.
El gran desafío es cómo generar más energía de la que se gasta en el proceso.
La fusión se basa en calentar la materia a temperaturas muy altas, que superan los cientos de millones de grados. En esa estado, la materia se llama plasma.
A diferencia del Sol, la Tierra no tiene las condiciones para mantener ese plasma caliente. Para lograrlo, se debe aislar el plasma de otras materias. Para ello, se utilizan unas cámaras especiales en forma de anillo llamadas tokamak.
Los tokamak utilizan poderosos imanes para crear un campo magnético que mantiene al plasma aislado. El problema es que hoy estas cámaras consumen más energía de la que logran producir.
La solución a la que apuntan emprendimientos como Commonwealth Fusion Systems es usar mejores imanes, pero lo cierto es que nadie hasta ahora ha logrado superar este gran escollo.
La construcción del tokamak de ITER, en Francia.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa construcción del tokamak de ITER, en Francia.
Algunos como el creador de Tesla, Elon Musk, creen que habría que invertir en crear mejores paneles solares y baterías para capturar la energía del Sol, en vez de desperdiciar dinero en tratar de reproducir a nuestra estrella.
Sin embargo, la inversora IP Group Plc le dijo a la agencia Bloomerg que aunque la energía de fusión tarde más tiempo que lo deseado en poder desarrollarse, muchas de las innovaciones creadas para esta industria están resultando muy lucrativas.
"Las empresas de investigación están patentando muchas de sus creaciones, desde un software que simula la combustión de plasma a 150 millones de grados centígrados hasta un nuevo tipo de imán que tiene aplicaciones médicas", informó Bloomberg.
Mientras tanto, habrá que esperar para saber si el deseo del profesor Hawking de una energía ilimitada y limpia se podrá hacer realidad
FUENTE BBC MUNDO

10 inventos revolucionarios que dejó la Primera Guerra Mundial

Cremalleras.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLas invenciones que vieron la luz durante la Primera Guerra Mundial son útiles incluso en la actualidad.
La Primera Guerra Mundial dejó desolación y destrucción pero, durante el conflicto que asoló Europa entre 1914 y 1918, se crearon también algunos ingenios que sobrevivieron a la contienda y que aún utilizamos hoy a diario.
BBC News Mundo selecciona los 10 inventos más exitosos de la Gran Guerra.

1. Toallas sanitarias

Un material llamado 'celucotton' ya había sido inventado por la pequeña empresa estadounidense Kimberly-Clark (C-K) antes de que la guerra estallara.
El responsable de investigaciones de esa firma, Ernst Mahler, y su vicepresidente, James C. Kimberly, habían hecho un recorrido por las plantas de pasta de papel en Alemania, Austria y Escandinavia en 1914.
Allí descubrieron un material cinco veces más absorbente que el algodón y que, producido en grandes cantidades, se podía fabricar por la mitad de precio.
Por eso se lo llevaron de vuelta a Estados Unidos para comercializarlo.
Cuando Estados Unidos entró en la guerra en 1917 comenzaron a producir el forro de algodón para la vestimenta de los profesionales sanitarios, a un ritmo de unos 150 metros por minuto.
Pero las enfermeras de la Cruz Roja en el campo de batalla se dieron cuenta de que ese material tenía otro posible uso durante su menstruación.
Este uso no oficial fue lo que, finalmente, forjó la fortuna de aquella compañía.
Toalla sanitaria.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEstados Unidos fue el país responsable de la invención de las toallas sanitarias.
"El final de la guerra en 1918 trajo como consecuencia una suspensión temporal del negocio de algodón de K-C porque sus principales clientes -el ejército y la Cruz Roja- ya no necesitaban sus productos", asegura la compañía, que aún existe.
Por eso recompró el excedente al ejército para crear un nuevo mercado.
"Después de dos años de estudio intensivo, experimentos y pruebas de mercado, el equipo K-C creó una toallita sanitaria hecha de 'celucotton' y gasas finas.
"En 1920 dentro de una pequeña estructura de madera en la ciudad de Neenah, Wisconsin, las empleadas de la empresa comenzaron a producir las toallas sanitarias a mano", según informa la empresa.
El nuevo producto, llamado Kotex (la abreviatura de "cotton texture", textura de algodón en inglés), se vendió por primera vez al público en octubre de 1920, menos de dos años después del armisticio.

2. Pañuelos de papel

Poner en el mercado las toallas sanitarias era una tarea complicada, en parte porque las mujeres eran reticentes a comprar el producto de manos de los hombres que atendían en los comercios.
Pañuelo de papel.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl Kleenex que conoces hoy tuvo su origen en la Primera Guerra Mundial.
La empresa propuso a esos negocios que les permitieran comprarlas, sencillamente, poniendo el dinero en una caja. Las ventas de Kotex se elevaron después de esta iniciativa, pero no tanto como Kimberly-Clark pretendía.
Así que la empresa buscó un nuevo uso para el mismo material.
A principios de 1920, C.A "Bert" Fourness tuvo la idea de planchar el material de la celulosa para hacer un pañuelo suave y fino. Tras mucha experimentación, el famoso "Kleenex" nació en 1924.

3. Lámparas solares

En el invierno de 1918 se estimaba que la mitad de los niños en Berlín sufrían de raquitismo, una enfermedad en la que los huesos se reblandecen y se deforman. Por entonces, la causa exacta era desconocida aunque se asociaba a la pobreza.
Un doctor de la ciudad, Kurt Huldschinsky, notó que sus pacientes estaban muy pálidos.
Decidió llevar a cabo un experimento en cuatro de ellos. Les aplicó lámparas de cuarzo y mercurio que emitían luz ultravioleta.
Lámpara.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa idea de usar lámparas de luz para tratar padecimientos se remonta a la Gran Guerra.
Con el paso del tiempo Hudschinsky notó que los huesos de sus jóvenes pacientes se hacían más fuertes. En mayo de 1919, cuando llegó el sol del verano, les puso también a tomar el sol en la terraza.
Cuando fueron publicados, los resultados de su experimento se acogieron con gran entusiasmo.
Muchos niños de toda Alemania fueron tratados con luz. En Dresden, los servicios sanitarios infantiles lograron incluso desmantelar las luces de la calle para que reciclaran en lámparas para el tratamiento de los niños.
Más tarde la ciencia conoció que la vitamina D es necesaria para la creación del hueso con calcio y este proceso se estimula con la luz ultravioleta.

4. Cambio de hora

La idea de atrasar los relojes en primavera y adelantarlos en otoño no era nueva cuando comenzó la Primera Guerra Mundial. Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos, lo había sugerido en una carta al diario Journal de París en 1784.
Se desperdiciaban muchas velas en las noches de verano porque el sol se ponía antes de que las personas se fueran a dormir, explicaba en la misiva. Además, la luz del sol no se aprovechaba en las primeras horas de la mañana porque la gente aún dormía.
Relojes.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl cambio de hora se introdujo en Alemania en 1916 con el objetivo de ahorrar carbón, usado en aquel entonces para calefacción e iluminación.
Ideas similares fueron expuestas en Nueva Zelanda en 1895 y en Reino Unido en 1909, pero no dieron resultados concretos.
La Primera Guerra Mundial fue un acicate para ese cambio.
Al enfrentar una severa escasez de carbón, las autoridades alemanas decretaron que el 30 de abril de 1916 todos los relojes que marcaban las 23:00 deberían de dar las 24:00. Así se aseguraba una hora más de luz a la mañana siguiente.
Lo que comenzó en Alemania como una idea para ahorrar carbón para calefacción y luz se extendió rápidamente a otros países.
En Reino Unido la idea se puso en pie solo tres semanas más tarde, el 21 de mayo de 1916. El 19 de marzo de 1918 el Congreso de Estados Unidos estableció distintos husos horarios.
Una vez la guerra hubo terminado, la iniciativa fue abandonada pero sus beneficios ya eran conocidos y en los años posteriores se volvió a implantar.

5. Bolsas o "bombas" de té

Las bolsas de té no se inventaron para resolver ningún problema derivado de la guerra. Fue un comerciante de té estadounidense quien, en 1908, comenzó a mandar té en pequeñas bolsas a sus clientes.
Té.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionMuchos soldados que pelearon en la Primera Guerra Mundial disfrutaron de las bolsas remojadas en agua.
Fueron ellos quienes, sea por accidente o por el diseño, decidieron introducir las bolsas en el agua… y el resto es historia. Esa es la explicación que da la industria.
Una compañía francesa, Teekanne, copió aquella idea en tiempo de guerra. La desarrolló para proporcionar a las tropas té en pequeñas bolsas de algodón. Las llamaban "bombas de té".

6. El reloj de pulsera

No es cierto que los relojes de pulsera fueran inventados específicamente para la Primera Guerra Mundial, sin embargo, su uso creció exponencialmente durante este periodo histórico. Después de la guerra era la manera más común de dar la hora.
Hasta finales del siglo XIX y principios del XX los hombres que necesitaban saber la hora y los que tenían el dinero suficiente para poder comprar un reloj, lo utilizaban de bolsillo. Por algún motivo fueron las mujeres las pioneras. La reina Isabel I de Inglaterra tenía un pequeño reloj que se adhería a su brazo.
Reloj.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionAunque los relojes de pulsera no se inventaron durante la Gran Guerra, en este período su uso creció enormemente.
El tiempo adquirió mayor importancia en la guerra, por ejemplo para sincronizar la hora de los bombardeos. Así, los fabricantes desarrollaron relojes que dejaran las manos libres a las tropas en el calor de la batalla.
Los aviadores también necesitaban ambas manos libres… y así, ellos también tuvieron que tirar por la borda el reloj de bolsillo.
La empresa H. Williamson, que hacía relojes en Coventry, Inglaterra, anotó en su informe anual de 1916: "Se dice que uno de cada cuatro soldados utiliza reloj de pulsera y los otros tres quieren adquirir uno lo antes posible".

7. Salchichas vegetarianas... o "salchichas de la paz"

Uno podría pensar que las salchichas de soja fueron inventadas por algún hippy, probablemente en los años 60 en California.
Pero no. Las salchichas de soja fueron idea del primer canciller de la República Federal Alemana después de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la Primera Guerra Mundial Adenauer era alcalde de Colonia y cuando el bloqueo británico se impuso sobre Alemania el hambre comenzó a pesar en la ciudad.
Adenauer tenía una mente ingeniosa e investigó maneras de sustituir los productos que faltaban, como carne, por otros de los que no había tanta escasez.
Salchichas.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLas salchichas "sin carne" fueron una alternativa para paliar la escasez de comida durante la Primera Guerra Mundial.
Comenzó utilizando una mezcla de harina de arroz, cebada y harina de maíz para hacer pan y así sustituir al trigo.
Después de su pan experimental continuó en búsqueda de una nueva salchicha sin carne. Así se logró la de soja, que fue conocida como "la salchicha de la paz".
Adenauer solicitó obtener una patente de su nuevo alimento en la Oficina Imperial de Patentes en Alemania pero le fue denegada.
Al parecer el contenido de la salchicha era contrario a la regulación alemana para este producto, o sea, si no contenía carne no se le podía considerar salchicha.
Tuvo más suerte al intentarlo en Reino Unido, enemigo de Alemania en aquel tiempo. El Rey Jorge V le dio la patente de la salchicha de soja el 26 de junio de 1918.

8. Cremalleras

Desde mediados del siglo XIX varias personas habían estado trabajando en varias combinaciones de ganchos, broches y hebillas para lograr un cierre rápido y fluido de las prendas de ropa que aislara del frío.
Pantalón de cremallera.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionLa cremallera respondía a la necesidad de un cierre rápido.
Fue Gideon Sundback, un sueco que emigró a Estados Unidos, quien dio con la actual fórmula de la cremallera.
Se convirtió en el diseñador jefe de la compañía Universal Fastener Company y concibió el "cierre sin anclaje".
El ejército estadounidense los incorporó a sus uniformes y botas, especialmente para las de la marina. Después de la guerra fueron los civiles quienes tomaron este testigo y lo generalizaron en su vestimenta.

9. Acero inoxidable

Harry Bearley, de Sheffield, Inglaterra, es el responsable de la invención del acero que no se corrompe.
Según aparece en los archivos de esa ciudad "en 1913, Harry Brearley desarrolló lo que es considerado el primer acero sin óxido, un producto que revolucionó la industria metalúrgica y se convirtió en uno de los mayores componentes del mundo moderno.
El ejército británico estaba intentando encontrar un metal mejor para sus armas. El problema era que los cañones de esas armas se deformaban después de varios disparos por la fricción y el calor de las balas.
Acero.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionEl acero inoxidable revolucionó la industria metalúrgica.
El ejército le pidió Brearley, que era metalúrgico en una empresa local, que encontrara una solución a este problema y con aleaciones más duras.
La leyenda dice que después de probar a añadir cromo al acero Bearley desechó algunos de sus experimentos por considerarlos fracasos. Los echó, literalmente, al montón de la chatarra.
El metalúrgico notó que después de un tiempo esos experimentos no se habían oxidado.
Había descubierto el secreto del acero inoxidable. Durante la Primera Guerra Mundial fue utilizado en algunos de los nuevos motores aéreos. Luego se generalizó en el uso de cubertería y material quirúrgico del que muchos hospitales dependen.

10. Comunicación con los pilotos

Antes de la Primera Guerra Mundial los pilotos no tenían modo de comunicarse entre ellos o con tierra.
Al comenzar la Gran Guerra los ejércitos aún necesitaban de cables para hablar entre sí, pero estos eran a menudo cortados por la artillería o los tanques.
Torre de control.Derechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionDurante la Gran Guerra, el uso de aviones llevó a la necesidad de que los pilotos se comunicaran entre sí.
Modos alternativos de comunicación como corredores, banderas y palomas mensajeras fueron utilizadas pero no resultaron ser útiles.
Los aviadores tenían que confiar en gestos y gritos...era necesario encontrar una solución. La comunicación sin cables era la respuesta.
La tecnología por radio estaba ya en funcionamiento pero tenía que ser desarrollada y esto sucedió durante la Primera Guerra Mundial.
Para finales de 1916 se tomaron pasos decisivos. Los primeros intentos para incluir teléfonos en los aviones tuvieron que ser descartados por el ruido de fondo.


Este problema fue resuelto inventando un casco en el que se instalaron los auriculares con un micrófono, que bloquea la mayoría del ruido.
FUENTE BBC MUNDO

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