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No
hay nada normal en dar un vuelco a décadas de progreso simplemente
aceptando una nueva enfermedad grave como la covid-19 sin intentar
mitigarla activamente.
La
buena noticia es que podemos mitigarla. Podemos aceptar que el mundo ha
cambiado y hacer adaptaciones en base a lo que hemos aprendido en los
últimos dos años.
Aquí hay ocho cambios clave que pueden reducir el impacto futuro de la covid-19:
1. Estar al aire libre es muy seguro, así que hagamos que el aire de los interiores se parezca lo más posible al de fuera.
Eso implica una gran inversión en infraestructura para mejorar la ventilación y filtrar y limpiar el aire.
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No es sencillo, pero tampoco lo era llevar agua limpia y electricidad a todos los hogares.
Sabemos cómo hacerlo y será efectivo contra cualquier variante futura y cualquier enfermedad de transmisión aérea.
2. Las vacunas siguen siendo cruciales.
Necesitamos vacunar al mundo lo antes posible para salvar vidas y frenar la aparición de nuevas variantes.
También debemos seguir trabajando para obtener vacunas cuya protección sea más duradera y ante más variantes.
3. Hemos aprendido que actuar cuanto antes es crucial para contener los brotes y prevenir la propagación a otros países.
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Por
lo tanto, debemos invertir en la vigilancia global de nuevas variantes
del coronavirus y de otras nuevas enfermedades infecciosas.
4. La mayoría de los países ya cuentan con vigilancia de rutina para enfermedades infecciosas graves (como la gripe y el sarampión) y planes para mitigar su impacto.
Los
países deben sumar la vigilancia permanente de las tasas de infección
por covid-19 a los programas existentes, para realizar un seguimiento de
cuánto circula la covid-19, dónde y en qué comunidades.
5. Todavía sabemos muy poco sobre el impacto a largo plazo de la covid-19, aunque sabemos que puede causar daños duraderos en los órganos y provocar una enfermedad prolongada.
Necesitamos invertir en comprender, prevenir y tratar ese impacto.
6. Muchos sistemas de salud ya estaban en problemas antes de que llegara la covid y, desde entonces, la pandemia ha reducido aún más su resiliencia.
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Se
necesita con urgencia invertir en sistemas de salud, particularmente en
las temporadas de invierno, cuando la carga adicional de covid-19 se
sentirá con mayor intensidad.
7. La covid ha golpeado con más fuerza a los más desfavorecidos.
Los
que menos pueden permitirse el autoaislamiento también tienen más
probabilidades de trabajar fuera del hogar, usar el transporte público y
vivir en viviendas superpobladas, todos factores de riesgo para
contraer el virus.
La
mayor exposición se combina con tasas de vacunación más bajas y peor
salud entre los grupos desfavorecidos, lo que lleva a peores resultados
si se infectan.
Los
países deben invertir más en la reducción de las desigualdades: en
salud, vivienda, lugares de trabajo, pago por enfermedad y educación.
Eso
nos hará a todos más resistentes a futuros brotes y reducirá la mala
salud y la muerte, no solo por covid-19, sino también por todo lo demás.
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8. Finalmente, aún habrá olas de covid-19 en el futuro; lo anterior simplemente reducirá su frecuencia y escala.
Necesitamos tener un plan para lidiar con esto.
Los
excelentes sistemas nacionales de vigilancia ayudarán a identificar
rápidamente un brote y comprender cuánto daño está causando y cuánta
inmunidad se está evadiendo, todo lo cual ayudará a adaptar una
respuesta temporal adecuada.
Una
respuesta podría, por ejemplo, incluir la intensificación de las
pruebas, la reintroducción de mascarillas y trabajar desde casa cuando
sea posible.
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Las mascarillas se irán y volverán.
Todos estos planes deberían permitirnos evitar bloqueos prolongados y generalizados.
Negarse a aprender a vivir con covid-19 fingiendo que existe la vieja normalidad aumentan el riesgo de futuras cuarentenas.
Necesitamos pasar de las etapas de negación y enojo del duelo y aceptar que el mundo ahora es diferente.
Así podremos tomar el control y construir una forma de vida que esté diseñada para convivir con el virus de manera que nos permita a todos, incluidos los clínicamente vulnerables, llevar una vida más libre y saludable.
FUENTE: BBC MUNDO